Innovación pedagógica: construyendo una comunidad de aprendizaje

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Innovación pedagógica: construyendo una comunidad de aprendizaje
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Jueves, Diciembre 10, 2015
Profesores
El pasado 3 de diciembre se llevó a cabo la última socialización del año. Un espacio en el que los profesores construyen colaborativamente la reestructuración de sus asignaturas.
Fotografías: Juan Sebastián Sanabria Monsalve - Oficina de Desarrollo Profesoral

¿Cómo generar prácticas pedagógicas en el aula que fortalezcan los procesos de aprendizaje autónomo en el estudiante? Esta es una de las estrategias que ha implementado la Oficina de Desarrollo Profesoral de Utadeo, a través de la incorporación de mejores prácticas de innovación pedagógica. Desde hace ocho meses, la dependencia ha trabajado con diez proyectos de renovación pedagógica de los pensum de asignaturas adscritas a los diferentes programas académicos de la Institución.  

Como lo destaca Natalia Ronderos, jefe de Desarrollo Profesoral, uno de los logros más importantes hasta el momento fue haber creado una comunidad de aprendizaje, espacio en el cual los profesores comparten sus experiencias de innovación pedagógica en el aula, logrando con ello una construcción colaborativa de la malla curricular, a partir de la reflexión profunda sobre la práctica docente como objeto de investigación: “uno de los más grandes desafíos fue que tuvimos que crear el proceso. Con el Plan Estratégico 2020 surgió como uno de los objetivos la innovación pedagógica y tuvimos que diseñar cómo íbamos a hacerlo porque no existía antes, aún cuando habían profesores que ya estaban trabajando en el tema de manera autónoma. Fue muy útil remitirnos a prácticas de otras universidades con las que nos comparamos e ir aprendiendo en el camino, siendo muy rigurosos en saber por qué se han planteado las cosas de esa manera”.

El pasado 3 de diciembre, se llevó a cabo la última jornada de socialización del año. Allí, cada uno de los grupos de innovación pedagógica, integrados por docentes y estudiantes, expusieron  a través de posters, el rediseño de los sílabus y los resultados obtenidos de manera preliminar durante este semestre. Posteriormente, se llevó a cabo un taller de reflexión sobre la actividad, en el cual los docentes participantes realizaron una autoevaluación sobre los avances percibidos y sus posibles mejoras. Se estima que la primer fase de este proceso continúe hasta mayo de 2016, mes en la cual estas innovaciones ya deben estar implementadas y evaluadas. 

 

Una estrategia para democratizar la educación

Procesos como la innovación pedagógica revelan que el mito del estudiante ideal no existe, sino que más bien la educación debe llegar a todos aquellos que estén dispuestos a aprender: “los estudiantes que tenemos actualmente se pueden considerar nativos digitales, los cuales requieren unas dinámicas de aprendizaje que cautiven desde el inicio de las clases, y para eso las aproximaciones activas, de aprendizaje colaborativo y de incorporación de las tecnologías en el aula son fundamentales”, sostiene Mónica Zuluaga, quien ha asesorado esta primera fase de innovación pedagógica.  

Sin embargo, los retos no paran aquí. Como lo destaca Ronderos, una de las metas de la Oficina es, además de darle continuidad a los actuales proyectos, apoyar veinte nuevas innovaciones, así como realizar la producción de contenidos virtuales para las facultades y departamentos de Utadeo: “estos momentos son importantes y satisfactorios porque permiten reflexionar sobre lo propio viendo lo de los demás, enriqueciendo las propuestas a partir de las ideas que obtienen de sus colegas. Como Universidad queremos centrarnos en la experiencia del estudiante y para hacerlo hay que iniciar en la reflexión de quiénes son nuestros estudiantes y qué queremos que aprendan, qué necesitan aprender y cuáles prácticas queremos promover. Así es como a partir de estas dinámicas generamos aprendizaje autónomo, que aprendan a aprender y utilizar metodologías en el aula que se han probado y son exitosas”, añadió la funcionaria.  

 

Conozca algunas de las innovaciones pedagógicas

Crear empresa con enfoque interdisciplinar es uno de los objetivos que hoy día tienen los estudiantes, al tiempo que es una de las exigencias del mercado. El profesor Carlos Ricardo Ávila, quien orienta Dirección Organizacional, rediseñó el pensum de esta asignatura, a partir de la estrategia de clase invertida, en la cual el estudiante revisa el material por fuera de la clase y produce los trabajos, mientras que los tiempos en el aula se destinan a reflexionar sobre las dudas o inquietudes que ellos tengan: “mi propuesta tiene que ver con el tiempo autónomo del estudiante. El 67% del tiempo ellos están por fuera de clase trabajando en la asignatura y el 33% restante están con el profesor. Mi innovación consiste en el manejo de esa primer fracción de tiempo, con el fin que no se desconecten de la materia y durante esos momentos autónomos realicen los trabajos y se acerquen a la asignatura. En mi caso particular, durante nueve módulos los estudiantes deben crear una empresa integrada, que sea monetizable y sostenible”, resaltó el docente.

Una de las experiencias más interesantes de este proyecto piloto fue la creación de una Cerveza de Jengibre por parte de cuatro estudiantes de los programas de Ingeniería Química, Diseño Gráfico y Publicidad: “en ese momento, los estudiantes de Ingeniería Química estaban mirando una asignatura que se llamaba bioprocesos, y ellos allí hicieron las pruebas para realizar el producto y lo llevaron a la realidad. Lo que mi clase les aportó fue cómo convertir esa idea en empresa. El producto quedó en el segundo lugar de un Concurso de Ingeniería. Lo que nosotros queremos es que las diferentes disciplinas logran aportar en fines comunes y que construyan sinergias”, resaltó Ávila.

Para el docente del programa de Administración de Empresas, la labor del educador ha cambiado, puesto que su rol ya no solo es orientar al estudiante hacia la información, sino más bien invitar a que estos logren darle interpretación, a partir de argumentos: “los que tenemos que evolucionar somos los profesores porque los estudiantes van cambiando con el tiempo. Nosotros somos los que nos tenemos que amoldar a los sistemas de aprendizaje de ellos. Para eso es esencial estar involucrado en los procesos de innovación pedagógica de la Universidad. Los profesores tenemos que ponernos a tono para lograr los objetivos de aprendizaje de los estudiantes”. 

Por su parte, Alejandro Guzmán, docente de Animación II, evidenció que en la asignatura se abordaban muchos elementos que confundían al estudiante, lo cual se veía reflejado en los trabajos finales que no obedecían a la calidad profesional esperada: “tuvimos que entender cuál era la articulación de esta asignatura dentro del programa para poder decantarla en una serie de procesos que permitieran que solo los contenidos más pertinentes estuvieran en el aula de clase, mientras que los que daban apoyo y soporte se fueran a la parte de semilleros de investigación. Luego pasamos a la parte instrumental, realizamos unos tutoriales que se colocaban previo a la sesión magistral para que llegaran con muchos de los elementos técnicos entendidos y en clase lo que se hacía era más un abordaje a las problemáticas”, comentó el profesor.

Esta innovación, que lleva dos años de construcción, ha permitido optimizar el nivel de apropiación de los contenidos por parte de los estudiantes, pasando de una aceptación del 20% en el 2013 al 70% para este año: “ya hay una sensación de que la asignatura puede ser abordada independientemente del perfil del estudiante, ya sea que este se vaya para imagen fija o imagen corporativa, sienten que pueden resolver problemas de carácter disciplinar”, resaltó Guzmán. 

La reestructuración del sílabus ha sido un ejemplo no solo institucional sino también nacional, a tal punto que la experiencia fue presentada en el XXI Congreso Internacional sobre Educación Bimodal Teledu, que se llevó a cabo en la ciudad de Medellín del 25 al 27 de noviembre: “nos permitió medirnos con todo lo que se está haciendo en materia de educación bimodal en la región. Allí vimos que no estamos en un punto tan lejano a nivel internacional”, añadió el docente de Diseño Gráfico.

Finalmente, la profesora Adriana Plazas y un equipo integrado por siete docentes adscritos al Departamento de Humanidades, han demostrado que leer y escribir de manera correcta si es posible, a través del proyecto de innovación pedagógica que se encuentran gestionando: “nosotros trabajamos en pensar cómo mejorar nuestra enseñanza en estos temas y que eso redundará en unos mejores procesos en los estudiantes, fortaleciendo la investigación, la escritura de textos académicos y una mejor utilización del lenguaje”, puntualizó la profesora. 

Para Plazas este proceso de innovación pedagógica debe ser el estandarte para todos aquellos profesores que aman la enseñanza y se preocupan por mejorar cada día: “si nos acercamos a pensar no tanto en contenidos sino en cómo vamos a enseñar esos contenidos creo que podemos generar otro tipo de procesos en los estudiantes”. 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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