¿Y si su trabajo lo hiciera un robot?

¿Y si su trabajo lo hiciera un robot?

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¿Y si su trabajo lo hiciera un robot?
Martes, Septiembre 26, 2017
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En una entrevista, Jaime Tenjo nos cuenta cuáles los retos del mercado laboral, de cara a una Nueva Revolución Industrial que se caracteriza por un acelerado desarrollo tecnológico.
Fotografías tomadas del Centro de Robótica e Informática de Utadeo

-Hola, HAL. ¿Me estás leyendo, HAL?

-Afirmativo, Dave. Te leo.

-Abre las compuertas de la capsula, HAL.

-Lo siento, Dave. Temo que no puedo hacer eso

 

El desarrollo de una máquina de inteligencia artificial tan completa como HAL 9000 de 2001: Odisea en el espacio cada vez parece más posible.

El mundo ha entrado a una nueva revolución industrial a la que muchos llaman Economía4G y que se sustenta en los acelerados cambios tecnológicos.

En el siglo XIX, los luditas querían destruir las máquinas que se utilizaban en la producción de telas en Inglaterra por miedo a que estas los sustituyeran en trabajo. Pero finalmente la economía se ajustó y hoy las máquinas son una herramienta del trabajador.

No obstante, la construcción de máquinas más complejas como robots o inteligencia artificial nos hace preguntarnos qué tanto podríamos adaptarnos y cómo se proyecta un futuro cercano del mercado laboral.

El próximo viernes 29 de septiembre se llevará a cabo en Utadeo el encuentro El nuevo mercado laboral: reto para la educación superior, el cual busca que nos preguntemos sobre la nueva revolución industrial a la que nos enfrentamos.

En esta entrevista, Jaime Tenjo -director del Departamento de Economía, Comercio Internacional y Política Social de Utadeo- no sitúa en el panorama y proyecta posible escenarios.

 

¿Qué implicaciones tiene el crecimiento tecnológico en el actual mercado laboral?

Esta nueva revolución está sucediendo a una velocidad tan grande que muchas personas piensan que la fuerza laboral no va a tener tiempo de adaptarse a esos cambios. Y que sí nos vamos a enfrentar una realidad en la que vamos a necesitar personas con una serie de competencias y conocimientos, pero que no existen y vamos a tener un montón de personas con conocimientos obsoletos que no consiguen empleo.

Los robots, probablemente, están reemplazando a los trabajadores de bajo nivel de clasificación porque tienen muchas ventajas: no descansan, trabajan 24 horas al día y en general son mucho más productivos.

En general, a este nivel, todo trabajo que sea rutinario y que pueda ser susceptible de sistematización, eventualmente podría ser producido por un robot.

La inteligencia artificial, por otro lado, tiene más efectos sobre los trabajadores calificados. Porque la inteligencia artificial entiende los procesos que desarrolla una persona y despliega microprogramas de computador que pueden repetir lo que las personas hacen. Son máquinas que aprenden, a través del manejo de datos.

 

 

 

¿Cómo se plantea este escenario para Colombia?

El problema es que no podemos evitar que eso suceda, es decir, tarde o temprano esto nos va a afectar. De hecho ya estamos viendo en el sistema bancario, por ejemplo, que es posible hacer transacciones por el celular, siendo que antes se tenía que hacer la fila en el banco.

Lo que pasa es que no está sucediendo tan rápido como en otros países, pero para allá vamos. Muchas personas dicen que los robots van a acabar con el empleo pero no se sabe si eso es posible porque esos robots alguien tendrá que hacerlos, alguien tendrá que programarlos, alguien tendrá que hacerles mantenimiento, entonces por ahí probablemente van a haber muchas fuentes de empleo.

 

¿Se transformarían, entonces, los perfiles de los trabajadores?

Los trabajadores que hacían las cosas manualmente ya no los vamos a necesitar, vamos a necesitar otros con otras habilidades.

El éxito para responder a ese escenario depende de qué tan rápido podamos identificar y generar en la fuerza de trabajo nuevas habilidades. Pero la gran pregunta es cuáles son esas habilidades y cómo las enseñamos.

Hay un problema de transición muy serio porque a los jóvenes uno les puede enseñar muchas cosas, pero es diferente con un trabajador de 40 o 50 años, reentrenarlo es muy difícil. O incluso también lo es con jóvenes que no tuvieron la oportunidad de aprender estas habilidades.

El tipo de trabajo probablemente también va a cambiar mucho. Aún estamos acostumbrados a que la gente tiene su oficina, su computador y que va a trabajar a la empresa, pero yo creo que eso cada vez va a ser menos usual y que los trabajos se van a hacer de una manera más virtual.

 

¿Como el teletrabajo?

Muchos hablan de teletrabajo y de pronto sí es una posibilidad, pero de pronto no.

Por ejemplo, el teletrabajo, tal como se conoce actualmente en Colombia, produce mucho aislamiento en las personas. Trabajan solas, no tienen amigos; una de las cosas buenas de un sitio de trabajo es que uno conoce a la gente y desarrolla amistades.

Hablan con muchas personas al día por teleconferencias, pero no tienen contacto con ellas.

En el caso de las mujeres, hay estudios que evidencian que ya no se diferencia la jornada de la casa con la jornada laboral, todo se tiene que hacer el mismo tiempo. Por eso para las mujeres el teletrabajo va a terminar aumentando muchísimo el trabajo que tienen que hacer, y mucho de ese trabajo es no remunerado.

 

¿Cuál es el papel del gobierno y de las instituciones de educación superior al respecto?

Los gobiernos van a tener que desarrollar una serie de políticas laborales muy diferentes a las que hay en este momento y no sabemos cuáles son o cómo van a ser.

Las universidades van a tener que producir profesionales para ese nuevo mercado laboral, pero lo primero que tenemos que saber es qué tipo de profesionales son esos nuevos profesionales.

Uno puede intuir ciertas habilidades, como creatividad, capacidad de programar, de resolver problemas, de trabajar en equipo pero no de manera presencial. Tienen que tener muchas capacidades comunicativas a través de internet y probablemente eso va a implicar el conocimiento de otros idiomas, porque la red es global. Pero hay que mirar más a fondo.

Las universidades no solamente generan personas para el mundo laboral, sino para la sociedad en general. Entonces, ¿qué habilidades sociales debe tener una persona? Esas son las grandes preguntas.

 

Por: María Alejandra Navarrete

Oficina de Comunicación Utadeo

Fotos

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