¿Quieres tener metas y objetivos claros? La respuesta es fácil. Decide para dónde quieres ir y sé constante. Toma el control de ti mismo, sé coherente y te darás cuenta que todo empieza a tomar un rumbo y a tener sentido. La coherencia te permite encauzar internamente en un solo sentido lo que piensas, lo que sientes y tu papel dentro de un entorno. Si esto lo relacionas con un sentido de vida positivo y optimista, dará como resultado un progresivo y sostenido estado interno de orden y de bien-estar que reforzará tu propósito como ser humano.
La expresión que reflejas en tu rostro da cuenta de tu actitud día a día. No eres responsable de la cara que tienes, pero sí de la cara que pones, y sobre todo... de la cara que le pones a la vida.