Por: Andrés Ramírez
Historiadores respetables se remontan a los últimos años del siglo pasado, llegando a señalar el origen del béisbol en la población de San Agustín- Huila, donde las tribus de la época practicaban un deporte con características similares al que se juega hoy en día.
En la Universidad de Cartagena, una de las más antiguas de América, hay unas estatuas en las cuales se observan a varios nativos de la época con actitudes que recuerdan a un bateador empuñando su bate con propiedad. En lo que si todos coinciden es el legado histórico de los hermanos Gonzalo e Ibrahim Zúñiga, quienes aprovechando sus estudios en Estados Unidos, trajeron los primeros implementos a Cartagena despertando primero la curiosidad y posteriormente generando una gran pasión por el nuevo deporte. Los hermanos Zúñiga prendieron la chispa del béisbol en 1903, dos meses antes de la independencia de Panamá y el béisbol comenzó a ser practicado por los sectores sociales más altos de la Cartagena, de ahí que los primeros campos se ubicaron en lo que hoy es el centro amurallado de la colonial ciudad.
La primera participación de Colombia en un evento internacional se da en el año 1944, cuando un conjunto de gloriosos costeños logra un sexto puesto en la VII Serie Mundial de Béisbol Aficionado realizada en Caracas. Colombia da su primer campanazo de alerta sobre la calidad de su béisbol, cuando se llevan la medalla de oro de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde Barranquilla fue la sede, teniendo como figura al inolvidable Carlos “Petaca” Rodríguez, vencedor del siempre fuerte equipo de Cuba.
El béisbol comenzó a irrigarse en el territorio nacional pero especialmente en la Costa Caribe, ya que en el interior era más notable la influencia del fútbol, deporte que más tarde se convirtió en la disciplina nacional de los colombianos. Equipos de barrio ayudaron a reunirse a los vecinos de un lugar específico a la vez que crearon sanas rivalidades entre lugares. Cartagena vivió esa identificación plenamente con los equipos de Getsemaní y San Diego en sus años de consolidación.
Luego los eternos contrincantes fueron los equipos de Barranquilla y Cartagena. El béisbol en el Caribe, tanto aficionado como profesional, creaba héroes, aglutinaba comunidades, creaba rivales y generaba recursos. Sus múltiples estructuras creaban oportunidades para equipos y jugadores talentosos, apoyados por la sociedad.
Colombia tiene en la actualidad más de 80 peloteros firmados al béisbol organizado que se encuentran en USA, Venezuela y República Dominicana, soñando con algún día ingresar a la historia de las ligas mayores como sus ídolos y héroes Orlando Ramírez, Joaquín “Jackie” Gutiérrez, Edgar Rentería, Orlando Cabrera, Jolber Cabrera, Yamid Haad, Emiliano Fruto, Ernesto Frieri y Julio Teherán.