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William Byrd, 400 años de fallecimiento

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William Byrd, 400 años de fallecimiento
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Jueves, Julio 6, 2023
William Byrd (1540-1623)

 4 de julio, 400 años del fallecimiento de uno de los compositores ingleses más importantes de todos los tiempos, William Byrd, quien, artísticamente, está asociado al Renacimiento Tardío. Algunos lo consideran el padre de la música inglesa, autor de música sacra y profana con piezas vocales e instrumentales, música para teclado y música de ministriles, entendidos como juglares y trovadores de su tiempo.

Todo indica que nació en 1543 en Londres, aunque algunos sitúan esa fecha en 1540. Hijo de una acomodada familia, pero vivió en medio de cambios fundamentales en el gobierno inglés con el reinado de Elizabeth I de Inglaterra y con este reinado el cambio del Catolicismo al Anglicanismo que imponía nuevos estilos compositivos de las piezas religiosas. Nos recuerda el musicólogo Mario Guada la situación de este maestro inglés: “El caso de William Byrd es absolutamente paradigmático en este aspecto. Sumido en una sociedad anglicana, siendo él un católico convencido, supo mantener su estatus religioso y su fe inquebrantable, haciéndose, merced a su inmenso talento, valedor de la protección de Elizabeth I, quién veía en él a un fiel y valioso servidor, alejado del perfil de traidor recusante que otros querían proyectar de él. Esta es la historia de un talento que fue capaz de superar los límites de la represión religiosa y política, para alzarse en la cúspide de la música en la Corte Isabelina”.

 Fue discípulo de Thomas Tallis y su primer cargo importante lo desarrolló en la Catedral Provincial de Lincoln hacia 1563 como organista y maestro de coro. Este período estuvo marcado por inconvenientes, pues algunas de sus composiciones no fueron bien recibidas. Sin embargo, compuso un conjunto de piezas para los maitines anglicanos que se caracterizaban por tener un texto claro y una textura musical austera, características asociadas a los protestantes reformistas.

 En 1572 William Byrd fue nombrado en el prestigioso cargo de Caballero de la Capilla Real bajo el reinado de Isabel I de Inglaterra, quien practicaba el Protestantismo pero no llevó a cabo sus formas más extremas de arte musical. La reina amaba la música y tocaba el teclado y fruto de su admiración por Byrd, le concedió a él y a su maestro Thomas Tallis la patente para la impresión musical, dando lugar a la publicación de sus célebres Cantiones quae ab argumento sacrae voncantur (1575), con las que llegó la impresión musical a Inglaterra.

 Su talento musical y sus convicciones religiosas chocaron con los cambios políticos y religiosos de la época tal como lo expone Antonio Guada: “A pesar de que contaba con el apoyo total de la reina, Byrd comenzaba a sentirse demasiado vigilado y un tanto oprimido, por lo que buscó más intimidad alejándose un poco de la corte, lo que llevó a mudarse a la zona de Harlington, en el condado de Middlesex, allá por 1577. La situación religiosa del país se volvía cada vez más y más tensa. Elizabeth había sido excomulgada por el Papa de Roma, y eso podía facilitar las sublevaciones de los católicos. Byrd, por su parte, frecuentaba amistades un tanto peligrosas, como jesuitas con los que oraba. Tal es el caso de Edmund Campion, quien sabemos fue ejecutado por su condición de jesuita en 1581. Este período fue quizá el más duro en cuanto a lo personal para el maestro inglés, puesto que las leyes se endurecieron considerablemente a partir de entonces. Su mujer, Julian, fue requerida en 1577 para testificar por su condición de recusante, como se hiciese con el propio Byrd en 1584. Muchos de los documentos vitales que se conservan sobre William Byrd hacen referencia única y exclusivamente a este hecho de no asistir a los oficios anglicanos, ni en la iglesia que le estaba asignada, ni en ninguna otra”.

 Su talento siguió floreciendo y hay que recordar sus 37 motetes que se publicaron en dos volúmenes de Cantiones sacrae en 1589 y 1591. Estas obras y dos colecciones de canciones inglesas dedicadas a los poderosos nobles Earl de Worcester y John Lumley buscaron recuperar el favor de la corona hacia su talento y compromiso. Sus dos colecciones de canciones inglesas llevan el título: Salmos, sonetos y canciones de tristeza y piedad. En 1580 compuso una obra fundamental para el repertorio anglicano conocida como The great service. Sin embargo y acorde a sus convicciones siguió componiendo piezas católicas como lo reseña Mario Guada: “Una de las grandes aportaciones de Byrd a la música del período fueron sus tres misas católicas, compuestas a tres, cuatro y cinco partes respectivamente, las cuales pueden fecharse entre 1593 y 1595. No es posible comprender el por qué de la atención de Byrd hacia el ordinario de la misa sin observar el contexto en que fueron creadas. Es precisamente gracias a esa relación con John Petre, quien tenía su residencia en Essex muy cerca de la de Byrd, que estas misas pudieron ver la luz, formando parte de las celebraciones secretas en residencias de este tipo, en las que recusantes de cierto nivel se reunían para realizar oficios católicos y en los que es muy posible que se interpretasen estas misas, en las que incluso las partes altas podían ser cantadas por mujeres”.

La producción musical de Byrd es de unas 470 composiciones que lo enarbolan como gran maestro de la música del Renacimiento Europeo. Transformó muchas de las formas musicales de la época y también alcanzó el éxito en la música profana publicada en 2 colecciones. En el programa Música Nocturna del mes de julio, 11 a 12 de la noche, recordamos la obra del compositor inglés William Byrd y también la de algunos de los maestros ingleses de la época.

 


Orlando Ricaurte López
Comité de Programación
HJUT 106.9 FM