Redacción: Camilo Llanos
Sé que es un poco tarde, pero tengo que hablar sobre, la que para mí es, la mejor película del 2022. Robert Eggers ha creado una reputación estupenda en su corta carrera gracias a sus dos primeros trabajos; su primer film La bruja (2015), lo catapultó a la fama gracias a su revisión del folklore terrorífico, tanto así que puso los pelos de punta al mismísimo Stephen King. Posteriormente, con El Faro (2019) nos mostró una arriesgada propuesta visual, donde contó sobre las leyendas de los marinos que dieron origen a la creación de figuras mitológicas.
En su más reciente trabajo, el director sigue siendo fiel a su estilo violento, tétrico, macabro y ancestral, aunque ahora mezcla el folk horror con una epopeya vikinga sobre el relato de venganza que habría inspirado Hamlet de Shakespeare. The Northman es la historia del joven príncipe vikingo Amleth (Alexander Skarsgård) quien es testigo de la muerte de su padre (Ethan Hawke) a manos de su tío Fjölnir (Claes Bang) quien a su vez toma como esposa a su madre, la Reina Gudrún (Nicole Kidman). Amleth consigue escapar y, desde ese momento, crece con un único propósito que repite constantemente: “Te vengaré padre. Te salvaré madre. Te mataré Fjölnir”.
Voy a ir directo al grano, la película me encantó desde el principio hasta el final. Se puede sentir en cada plano el sello de un autor con ideas visuales que escapan de las fórmulas del típico blockbuster, una puesta en escena poco convencional y en muchos aspectos arriesgada (Es la primera película de alto presupuesto de Robert Eggers). Además, más allá de tener una brillantez formal y un universo muy bien construido, estamos ante un relato de venganza, de revancha, dentro de una familia y de la mitología nórdica (desde apelaciones al dios Odín hasta el Valhalla).
Eggers ha coescrito con el poeta islandés Sjón la que es su intento de hacer "la película vikinga definitiva" y puedo decir que lo lograron, porque The Northman es una película visceral en la que se muestra a los vikingos lejos de la recreación algo estilizada de series como Vikings y su secuela Vikings: Vallhalla, el filme se siente algo más cercano al Conan de John Milius y el Valhalla Rising de Nicolas Winding Refn, ya que en The northman nos muestran el mundo vikingo con toda su fiereza y sus códigos de honor, además de llenarnos la pantalla de todos los elementos visuales reconocibles del contexto de aquella, desde las drogas alucinógenas, los tapices, pieles de oso, las runas, grotescas muertes rituales dentro de una mitología vikinga que se siente real.
Las actuaciones son espectaculares, Alexander Skarsgård interpreta su mejor papel hasta la fecha, poniendo todo su físico en sus escenas de acción, donde no hay palabras para describir la brutalidad que exhibe y cuando tiene que mantener el perfil bajo es igualmente de empático; Anya Taylor-Joy está espectacular como siempre y tiene una química increíble con nuestro protagonista; Nicole Kidman se adueña de la pantalla en cada escena que aparece como ninguna otra lo hace, pero también Willem Defoe y Björk, que tienen un pequeño papel y aparecen muy poco en pantalla, están increíbles (Me hubiera gustado que aparecieran más). Cada uno de los actores está impecable y nos demuestra que Robert Eggers es un magnífico director.
Sin embargo, el filme tiene problemas de ritmo y momentos de ambigüedad que puede molestar y frustrar al espectador, ya que esos momentos oníricos del filme son relacionados a la cultura vikinga y si no conocemos nada sobre los vikingos, vamos a ver esos momentos ridículos y sin sentido. The Northman no es solo una película de venganza, también es sobre la bondad, de la muerte, de la esperanza y de la fuerza más poderosa y que puede hacer cambiar todo, hasta los deseos más acuciantes, el amor. Además, es un ejemplo de un blockbuster con toques de autor, arriesgados e inusuales, que merecen ser vistos ya que en un mercado cinematográfico, este tipo de filmes suelen ser rechazados e ignorados.
Sin temor a equivocarme The Northman es una de las mejores películas del año y sigue demostrando el gran talento de Robert Eggers dirigiendo.
