Seguir a un periodista en redes y conocer su postura real frente a los asuntos políticos o de coyuntura en el país, ha permitido que la audiencia se sienta identificada hacia uno u otro periodista. Por el otro lado, también ha hecho que parte de la credibilidad que hay en los medios se pierda. ¿Por qué?
Para los usuarios no resulta posible que un periodista abiertamente seguidor de un partido o una ideología, logre separar sus creencias para ser imparcial en su trabajo. De hecho, es más lógico pensar que el medio tiene la misma inclinación que sus periodistas. Una idea que se generaliza cada vez más y que genera problemas a la hora de producir contenidos.
¿Qué hacer? En su columna en la Revista Arcadia, Sandra Borda, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de Utadeo, propone dos salidas: 1) que los periodistas acepten su condición de figuras públicas asociadas a un medio de comunicación, y que no posteen contenidos abiertamente parcializados o 2) que el medio reconozca una inclinación política. Una práctica cada vez más común en otros países.
Lea la columna completa en Arcadia.