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Boletín - Noviembre 2015

Boletín - Noviembre 2015
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Lunes 09 de Noviembre 2015

EDITH PIAF LA MÖME
Una vida… una leyenda 

Hay vidas que por sus características, por las condiciones, a menudo desfavorables, en las cuales comienzan o se desenvuelven, pero que llenas de una tenacidad sin falla, de un espíritu colmado de talento y de la pasión que le imprimen a cada momento y a cada reto, se convierten en vidas ejemplares, incluso en leyendas. Tal es el caso de Edith Giovanna Gassion, a quien se le conoce en el mundo entero bajo el nombre artístico de Edith Piaf.

Nació Edith, el 19 de diciembre de 1915 en París, y cuenta la historia que su madre, Annetta Maillard, quien era cantante ambulante, no alcanzó a llegar al hospital al momento del parto, entonces Edith vino al mundo en la calle de Belleville, frente a una farola en el número 72, donde hoy hay una placa que recuerda el acontecimiento.

La pobreza y la profesión ambulante de sus padres los obliga a confiar la niña a la abuela materna, quien alimentaba a la bebé más con vino que con leche, esto no dura mucho pues es recuperada por su padre, quien estando próximo a ir al frente en la Primera Guerra Mundial, la lleva a Normandía donde su madre, quien es dueña de un prostíbulo en el municipio de Bernay; allí vive Edith sus años de infancia cobijada por el amor que le prodigaban estas mujeres, lo que le genera sus primeros sentimientos de aprecio hacia las personas desfavorecidas, aquellas que sufren una vida dura y difícil.

Luego de la guerra su padre la lleva consigo a vivir la vida de los pequeños circos itinerantes, donde se descubre cantando en las calles su extraordinaria voz, hasta el momento de la separación de su progenitor a los 14 años, para iniciar su vida de artista entre Montmartre, Pigalle y Menilmontat… es cuando encuentra y se enamora de Louis Dupont, con quien tuvo su hija Marcelle, quien fallece a los 2 años víctima de una meningitis.

Cantando en las calles la escucha Louis Leplée, dueño de un cabaret, quien la lleva a cantar allí, ya había grabado su primer disco y comenzaba a tener un cierto reconocimiento cuando Leplée es asesinado en su domicilio, lo que la precipita en un escándalo que le cuesta su regreso a cantar en las calles y en los pequeños cabarets.

Se dice que la vida está hecha de encuentros, y los de Piaf fueron definitivos en su vida y en su carrera; Raymond Asso es uno de ellos, compositor quien desarrolla su vida artística junto a la de ella, será su amante, su Pigmalión, aquel que le ayuda a construir su imagen en el escenario, manejar la voz, el público, las modulaciones, los gestos; además escribe las letras de muchas de sus canciones reconocidas, con la complicidad de Marguerite Monnot, otro encuentro definitivo en la vida de Edith, pues ella se constituye en su compositora oficial.

Llega la Segunda Guerra Mundial y Piaf ya es una artista de gran reconocimiento, Jean Cocteau escribe para ella una obra de teatro, participa en películas junto a Paul Meurisse, interpreta canciones que llevan mensaje contra la ocupación nazi y se hace una imagen de “protectora de los artistas judíos”. Luego de esto escribe la letra de La vie en rose, su más reconocida canción.

Luego llegan los encuentros con figuras como Charles Aznavour en 1951, quien durante un tiempo es su amigo y confidente, le escribe algunas canciones de su amplio repertorio; Yves Montand es 106.9 2 Emisora HJUT 106.9 otro de ellos, junto con Georges Moustaki, Charles Dumont… entre otros.

Igual de intensa a su carrera artística está la vida sentimental de Piaf, su relación tormentosa con el boxeador francés de origen argelino Marcel Cerdán, a quien conoce en Nueva York en 1948 y quien fallece en un accidente aéreo, la postra en una inmensa depresión, de ello surge la canción Hymne a l’amour que es uno de sus éxitos más representativos.

En 1956 se casa con el cantante Jacques Pills, de quien se divorcia unos años más tarde y en 1962 lo hace con Theo Sarapo, joven y apuesto cantante de origen griego, quien la acompaña hasta el final de sus días, que se produce en Plascassier en el sur de Francia, a los 47 años, luego de una tormentosa y extraordinaria vida, que ella traduce a manera de inventario personal y artístico en su canción Non, je ne regrette rien, que la convirtieron en la diva de la canción francesa y una de las artistas de mayor reconocimiento en el mundo.

Su entierro atrajo multitudes y su tumba en el cementerio parisino Pere Lachaise es permanentemente visitada y mantiene flores todo el año. Con Edith Piaf se va un alma llena de generosidad y un talento tan grande que no cabía en su pequeño cuerpo.

Detalles de su vida y de su obra serán presentados durante el mes de noviembre, con ocasión de los 100 años de su nacimiento, en el programa Historia y tradición de la canción francesa, los días viernes 6, 13, 20 y 27 a las 8 p. m.

Estos programas especiales quieren conmemorar y compartir con nuestros oyentes el homenaje dedicado a la más reconocida e internacional de las artistas, a lo largo de la historia de la canción francesa, que en palabras de Jean Cocteau cuando se enteró de su fallecimiento, dijo “Je n'ai jamais connu d'être moins économe de son âme. Elle ne la dépensait pas, elle la prodiguait, elle en jetait l'or par les fenêtres” (Nunca he conocido un ser más desprendido de su alma. Ella no entregaba su alma, ella la regalaba, ella tiraba oro por las ventanas).

 

Gabriel Suárez R.
Realizador del programa Historia y tradición de la canción francesa Emisora HJUT 106.9 FM

 

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