Ana María Carreira, tras la pintura mural de las capillas doctrineras

Ana María Carreira, tras la pintura mural de las capillas doctrineras

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Ana María Carreira, tras la pintura mural de las capillas doctrineras
Lunes, Diciembre 9, 2019
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La profesora del Departamento de Humanidades de Utadeo resultó ganadora del estímulo para monografías del Ministerio de Cultura, gracias a su interés por el valor artístico e histórico de estas edificaciones construidas en la Colonia, específicamente, en la región cundiboyacense.
Fotografía: Alejandra Zapata y Ana Maria Carreira

La profesora e investigadora del Departamento de Humanidades de Utadeo Ana María Carreira ha recorrido las montañas de la región cundiboyacense en busca de tesoros murales que residen en antiguas capillas; desde Turmequé y Oicatá, hasta Sutatausa y Chivatá, Carreira ha estado tras la pista de una expresión de arte colonial poco conocida en Colombia.

Se trata de las pinturas murales que existen dentro de las capillas doctrineras, pequeñas construcciones edificadas entre los siglos XVI y XVII por las diferentes órdenes religiosas en Colombia -como los Dominicos, los Franciscanos y los Jesuitas- con el fin de evangelizar o “adoctrinar” en el catolicismo a las comunidades indígenas.

“En los primeros momentos, estas capillas doctrineras se pintaban con imágenes que respondían a narrativas usadas justamente para evangelizar: diferentes escenas y momentos redactados en la Biblia. Pero cuando llegaba más dinero al pueblo, se hacían retablos de madera que cubrían los murales, entonces generalmente esas pinturas desaparecían, ya sea bajo otras capas de pintura o porque el retablo de madera se superponía al muro”, explica la investigadora.

“De estas capillas se ha estudiado, en algunos casos, la arquitectura –añade-, pero lo que vimos en esta investigación es que no se ha estudiado la vida que tienen actualmente. Son museos vivos y una de las cosas más interesantes fue el descubrimiento de la pintura mural”.

 

Capilla de Oicata
 

Por esta razón, Carreira postuló el proyecto de monografía Pinturas murales en las capillas doctrineras de la región cundiboyacense a los estímulos que otorga el Ministerio de Cultural, el cual deriva de la investigación “Capillas doctrineras en la región cundiboyacense. Ornamentación, arquitectura y paisaje” que la profesora ha adelantado durante años. ¡La monografía ganó la beca! y ahora Carreira será la encargada de documentar estas pinturas murales, de la mano de la restauradora Yolanda Pachón.

“Lo que se evidencia es que realmente hubo una producción de pintura mural muy fuerte en la zona cundiboyacense, con diferentes calidades: en algunos casos son escenas clásicas cuya fuente, seguramente, eran los grabados o algún libro, pero también se ve mucho la mano indígena. Hay que tener en cuenta que más allá de que a veces las imágenes son copias, las manos eran indígenas y mestizas, y los colores y pigmentos también son del lugar. Entonces, hay una producción colectiva anónima muy importante en este caso”, asegura Carreira.

Es por lo esto que la profesora destaca la importancia de obtener esta beca no solo para documentar una parte del patrimonio cultural colombiano, sino porque con esta monografía se visibiliza una forma de pintura colectiva, anónima y propia del territorio, obras únicas no solo por el lugar en donde se encuentran sino por las manos que las hicieron. “Que se haya premiado esta monografía, que no tiene un nombre de un artista, es muy rescatable”, señaló.

 

Fragmento mural en la capilla de Chivatá.
 
 
Además de la monografía, esta beca incluye una serie de jornadas de socialización con las comunidades de los diferentes municipios, con el fin de que los ciudadanos conozcan la obra, se la arpopien y velen por su preservación. Según Carreira, “generalmente los investigadores nos acercamos a las comunidades, nos dan mucha información, descubrimos cosas y después volvemos a la academia y guardamos eso en un artículo o en un cajón, y yo creo que la academia tiene que estar trabajando para y con las comunidades porque nos enriquecemos con ellos y hay que devolver también todo ese conocimiento que nos dan”. 

Finalmente, la profesora Ana María invita a reconocer el valor de estas obras que, aunque parecen sencillas, en realidad son "un lujo que hoy está muy olvidado". Según la profesora, las obras anónimas o hechas con las manos del pueblo no son puestas en el mismo nivel que las obras de artistas consagrados, "pero toda obra de arte es popular, entonces la mirada nuestra es la que la valora o no, la que se emociona o no frente a eso". 

 

María Alejandra Navarrete

Oficina de Comunicación Utadeo

Fotos

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