Con casi 490.000 recuperados de Covid-19, así finalizó la primera semana de septiembre
Necesité en estos días realizar una diligencia médica cerca de donde vive mi sobrina; justo antes de la primera cuarentena en Bogotá celebramos su octavo cumpleaños y, pasados seis meses, encontré a una niña grande, alegre y resignada con la situación que le está tocando vivir. Como siempre me dio un regalo: esta vez una pintura del virus acompañado de la frase “Sala Covid”, debido a que ella sabe que, a diario, proceso en mi estudio las cifras de esta pandemia. Como ya inició clases, me contó del encuentro virtual con su profesora y compañeras de curso; le pregunté sobre el gusto por esta forma de estudio y su respuesta fue tajante: no le gusta y no se aprende igual.
Estuve leyendo sobre la petición presentada al Gobierno por varios académicos, científicos y representantes de padres, en torno a autorizar la reapertura de colegios, argumento enmarcado en la salud mental y psicosocial de los niños, la evidencia mundial sobre el atraso educativo y pérdida de aprendizaje en estos meses, así como de la ampliación de la brecha social de clases. Para Moisés Wasserman Lerner, exrector de la Universidad Nacional, “El cierre de las instituciones está aumentando las brechas sociales que por años se han tratado de disminuir y compensar y que las secuelas de la parálisis presencial académica en los niños obligará al país a una reparación psicológica y psicoemocional“. Por otro lado, David Luna, exministro de las TIC, manifestó que “la apertura gradual y contextualizada de todas las instituciones educativas del país es un asunto que no admite espera”, mientras que para Red Papaz se está encaminando el futuro del país a una trampa de pobreza y a una mayor inequidad. Los expertos firmantes de esta petición al Gobierno insisten en que, con la certeza de inexistencia de una fecha de caducidad de la pandemia, con duraciones incluso a más de un año, los niños no pueden dejar de ir a las escuelas, sitios que pueden implementar estrictos protocolos de bioseguridad reales y cumplibles.
A la espera de una reacción del Gobierno sobre la situación de las instituciones educativas, en especial para los niños, con una autorización de ocupación hasta del 50% en el transporte público masivo, más de 1000 restaurante con operación a cielo abierto en Bogotá y otros con ocupación interior máxima del 25%, apertura con restricción de aforo de plazoletas de comida en los centros comerciales con ingreso aprobado de niños y mayores de 70 años, peatonalización de calles para acondicionar restaurantes, 33 establecimientos en Cali bajo la modalidad de rumba zanahoria con pista de baile a campo abierto, señales de reactivación turística en Cartagena y San Andrés con inminente aprobación de vuelos internacionales, y en general, el país con una reapertura total, observemos las cifras epidemiológicas más recientes y estemos atentos a su evolución en las próximas dos semanas.
Para el País se destaca lo siguiente:
- Al 3 de septiembre, “ganamos” en una semana un puesto en la escala de contagios; ya somos puesto 6 con 641.574 casos [59.552 en la semana]; también somos el puesto 6 en el número de nuevos casos en un día [8.235], puesto 11 en número de muertes, con 20.618 [270 en la semana], puesto 5 en el número de muertos diarios en un día [270], y puesto 7 en nivel de recuperación con 489.151 [71.358 en la semana].
- La curva diaria de nuevos casos positivos presentó el 19 de agosto el punto mas alto, con 13.056 casos; desde ese día, la curva presenta descensos, y aunque en los días 31 de agosto, 1º y 2 de septiembre se tuvieron ascensos, para el 3 de septiembre retornó al descenso.
- La Procuraduría y Contraloría determinaron que cerca de 19.000 pruebas no pudieron ser analizadas, derivado de fallas de comunicación. Aun así, el INS reporta, al 3 de septiembre, 699.889 pruebas realizadas [180.400 en la semana], con una positividad de 26,38%. Así, la trazabilidad a 21, 14 y 7 días indica una tasa de 25,10%, 25.82% y 26.25%, respectivamente.
- El número de reproducción efectivo Rt_Promedio, en la ventana de 14 días, se encuentra en un claro descenso. La trazabilidad a 21, 14 y 7 días es de 1,12, 0,97, 0,92 y 0,91 personas a ser infectadas por un caso positivo; acompañado esto de la duplicidad de los casos que, al 3 de septiembre, es de 32 días.
- La tasa de infección diaria con una trazabilidad de tres semanas es de 2,67%, 2,30% y 1,70%; a 3 de septiembre, es de 1,30%
- Aunque la cifra de fallecimientos es alta, la proporción de letalidad con respecto a los casos positivos en un mes bajó del 3,26% a 3,21%
- La capacidad instalada superó la meta del Gobierno de 10.000 UCIS. Al 3 de septiembre es de 10.115, con una disponibilidad del 37,9% [39% pacientes confirmados Covid, 21% sospechosos y 39% pacientes no Covid]
- La incidencia a nivel regional, que mide el número de casos por cada 100.000 habitantes, muestra al Amazonas con 3.422 casos, seguido por Bogotá con 2.836 casos y en tercer lugar Atlántico con 2.377 casos. Bogotá alcanzó 219.584 casos y 5.652 fallecimientos [17.704 nuevos casos positivos en una semana], Antioquia tiene 84.765 casos y 1.809 fallecimientos [8.473 nuevos casos positivos en la semana] y Atlántico está en tercer lugar de infección, con 64.696 casos y 2.927 fallecimientos [1.086 nuevos casos positivos en la semana].
Para Bogotá se destaca:
- Bogotá, al 3 de septiembre, alcanzó la cifra de 219.584 casos positivos (17.704 en la semana), 52.535 casos activos, con una tasa de recuperación de 73.31%, equivalentes a 160.975 personas recuperadas (25.023 en la semana) y han fallecido 5.652 personas (422 en la semana).
- La curva diaria de nuevos casos positivos presentó el 6 de agosto el punto más alto, con 6.082 casos; desde ese día la curva presenta descensos, y aunque el 1º de septiembre tuvo un ascenso fuerte, luego retornó al descenso
- El número de reproducción efectivo Rt_Promedio, mirado en la ventana de 14 días del ciclo epidemiológico, ha sido para la trazabilidad 21, 14 y 7 de 1,10, 0,98 y 0.96, respectivamente; para el 3 de septiembre, hay 0,88 posibles personas a contagiar por un caso positivo.
- La tasa de infección diaria mirada en la misma trazabilidad de tiempo [21, 14 y 7 días ], ha sido de 2,62%, 1, 82% y 1,28%; el más reciente cálculo está en 1,35%.
- El reporte del Observatorio de Salud de Bogotá indica que, para el 3 de septiembre, la capacidad instalada de camas UCI aumentó, en una semana, en 29 camas, llegando a 1.858, con una ocupación de 1.241 personas [699 confirmados y 542 probables]. El porcentaje de ocupación también ha venido en disminución en la trazabilidad 21,14 y 7 días, pues es de 87,08%, 81,71% y 75,62%, respectivamente, mientras que, al 3 de septiembre, es de 66.79%
- A nivel de localidades, el orden en nivel de infección es: Kennedy, Suba y Engativá, las cuales están cada vez mas cercanas entre sí, pues han llegado a 29.345, 27.841 y 26.556 casos, respectivamente.
En conclusión
El corto encuentro personal con Margarita Rosa, mi sobrina, con la que he tenido durante esta pandemia contacto virtual, al igual que su disgusto por los contactos educativos virtuales, no me gustó, no es igual: se siente el tiempo perdido, frustración por no haber podido disfrutar del crecimiento de la niña. “¡Que vaina!”, es lo que le comenté a su madre, “¡qué época maluca la que le tocó a los niños”, pues, al fin y al cabo, nosotros “los grandes”, hemos disfrutado de un mundo que les comentamos a ellos y que seguramente añoran vivir una vez pase esta situación. Mi sobrina me demostró que los niños se acomodan fácilmente a las situaciones y que, si deben cumplir normas de cuidado, las cumplen: ya saben que la máscara, el jabón, los zapatos fuera de casa y el gel son obligatorios.
En la semana que termina, el Gobierno advierte sobre un escenario donde se dispondrá de vacuna en seis meses, y en una mirada realista, esto se dará en un año; a la par de este anuncio, se nos comunica un nuevo protocolo de comportamiento ciudadano como única arma certera para el control del Covid-19 y así tener éxito en la reapertura económica como parte integral de la nueva realidad. Ratifico la comparación que una semana atrás hice de la “nueva realidad” como un agujero negro de incertidumbres sobre el comportamiento social; con protocolos, decretos, imágenes de gente en orden y desorden y demás. Apliquemos toda la bioseguridad, así como el buen sentido de la responsabilidad y saquemos este mundo adelante para que, con los niños, lo podamos volver a disfrutar.
