Hace tan solo una semana China cumplió su setenta aniversario de fundación como República, en medio de las protestas que se registraron en Hong Kong en las que los ciudadanos exigen reformas democráticas y una menor injerencia del gobierno de Pekín en su territorio. Noticias como estas, que se convierten en un tabú para la sociedad de ese país, son bien conocidas en las agendas informativas de occidente. En el marco del VII Festival Cultural de China en Utadeo, bajo la moderación del profesor del Departamento de Comunicación Social y Cinematografía de Utadeo, Óscar Durán, se hizo una radiografía sobre las visiones y perspectivas de periodismo que se tienen en el país asiático frente a las lógicas informativas de occidente.
El conversatorio contó con la participación de Natalia Torres, periodista colombiana con más de diez años de experiencia en medios nacionales, quien actualmente es editora de la agencia internacional de noticias turca Anadolu; y Mateo Herrera, comunicador que tuvo la oportunidad de vivir y trabajar durante varios años como reportero en Beijing, tanto con agencias de noticias extranjeras como la estatal China Hoy.
Más allá de los estereotipos en los que se ha encasillado a China como una nación con fuertes índices de censura y restricciones a la libre información, para Herrera es claro que el concepto de periodismo occidental es muy diferente al caso chino, pues allí los medios se convierten, de manera explícita, en portavoces del Gobierno, a tal punto que hay ciertos temas vetados a nivel editorial, entre ellos las luchas separatistas con Taiwan y el Tibet, así como el debate de los Derechos Humanos. Y es que, aunque según lo explica el comunicador, cada vez hay más libertades y se pueden publicar más contenidos, especialmente por parte de los ciudadanos, a partir de blogs, todas estas comunicaciones cuentan con una verificación previa, a tal punto que hoy día existe una agencia estatal encargada de monitorear lo que se dice sobre el Estado en redes sociales. Resaltó además que en el discurso chino no está ocultar los problemas del país, sino más bien plantearlos como desafíos a sortear.
Esta visión la comparte Torres, pues considera que la agenda mediática china se centra en comunicar la grandeza de la república y de su sistema político, priorizando en temas de infraestructura, solidez económica e inversión. La periodista advierte que, al igual que cualquier agenda de noticias estatal, el caso de China no es la excepción, pues a través de sus contenidos informativos se tratan de instalar temas relevantes para el ‘gigante asiático’ en las agendas de los medios internacionales. Por ejemplo, cuenta desde la agencia turca en la que trabaja, se da más relevancia a los temas locales de Asia, así como a las problemáticas de refugiados en el mundo, haciendo énfasis en Siria y el norte de Birmania, sin desconocer las dinámicas que se han dado, de igual manera, en Centroamérica y Venezuela.
En cuanto a las dinámicas editoriales en China, señala Herrera, estas se dan de manera muy similar a como ocurre en occidente, pues la información redactada por el periodista pasa por una o dos revisiones, generalmente de su editor. Sin embargo, dicha verificación va más allá del estilo y el uso de las fuentes, pues se rata de alinear cada producto informativo con el discurso que maneja el Gobierno.
Torres, por otro lado, llamó la atención a los asistentes acerca del monopolio informativo que vive occidente por cuenta de las noticias que llegan de Estados Unidos y Europa, las cuales ocupan prácticamente todas las secciones internacionales de los medios, haciendo incluso invisibles las noticias de países vecinos como Uruguay y Paraguay. Instó también a que el ciudadano debe ampliar su visión informativa a Asia y aprender más de la cultura china y sus lógicas de relacionamiento laboral, familiar y personal con una fuerte influencia del Confucionismo.
