“El mundo necesita un humanismo regenerado”: Juan Alfredo Pinto

“El mundo necesita un humanismo regenerado”: Juan Alfredo Pinto

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“El mundo necesita un humanismo regenerado”: Juan Alfredo Pinto
Martes, Octubre 20, 2020
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El economista, empresario, diplomático y egresado tadeísta propone que, ante unos regímenes democráticos en decadencia, es necesario pensar en una economía social y ecológica del mercado, con capacidad tecnológica redistributiva y sentido humano.
Fotografía: Oficina de Comunicación

Tras vivir durante la última década fuera del país, al ser designado por el Gobierno Nacional como embajador en India con cobertura a cinco países, y luego como embajador en Turquía, con cobertura a otros tres países de Eurasia, el tadeísta Juan Alfredo Pinto dice que, cuando volvió a Latinoamérica, se encontró con un continente desarraigado éticamente, plagado por la corrupción y con una alta descomposición del sistema político y un encallamiento de su modelo económico. 

La lectura no podía ser más apocalíptica: “Yo veo que en América Latina la democracia se convirtió en un cascarón, un cilindro vacío o el vórtice de un huracán; un sistema político que hace un gran ruido, pero que tiene una gran desconexión entre el Estado y la sociedad”, enfatiza el economista tadeísta al suponer que, lo que vive la región, es una suerte de lo que él denomina “Adeiocracia” o un gobierno del vacío.

Fue a partir de allí que Pinto se dio a la tarea de compendiar algunos de sus ensayos, para dar cuenta de las causas de esos signos de decadencia de las democracias en América Latina. Así nació, en pleno período de confinamiento “Ádeiocracia, HIPERliderazgos, Nueva geografía del mundo, Sociedad de la pospandemia”, el libro número 28 de nuestro egresado, sobre el cual versará su charla en Utadeo, este 22 de octubre, a las 5.30 p.m., bajo el tema “Regeneración democrática y económica en pospandemia”

La adeiocracia, según cuenta Pinto, se caracteriza por una polarización política generada por ideologías radicales y elementales, de índole político y econónico, que se agudiza por las profundas contradicciones de los diferentes sectores sociales. Así, por ejemplo, el tadeísta dice que las elecciones se vuelven fragmentadas, pues ya no se vota por las mejores ideas sino para evitar que otro actor político llegue y controle el poder, generando con ello que las ideas desaparezcan y convirtiendo a los partidos no en políticos sino en sistemas de contratación.

El mismo modelo político se ve reflejado en lo económico, pues señala, se han convertido en copias y en un péndulo que repite las mismas problemáticas, una y otra vez. Este pendulización ineficaz, advierte, se ha dado entre las visiones neoliberales y las neokeynesianas: las primeras abogan por una libertad económica absoluta, aumentando las brechas sociales, mientras que las otras hablan de un Estado salvador y distribuidor, aumentando el gasto público y con ello los impuestos.

Espejos de ello se ven en todo el hemisferio, cuenta el economista, empresario y diplomático colombiano: en Argentina se ha visto una repetición de los problemas, especialmente en lo fiscal y cambiario. En Brasil, se contempla un ascenso de los populismos de izquierda y derecha, con Lula y Bolsonaro, respectivamente, y con el actual gobierno de ese país haciendo una de las peores gestiones a nivel mundial frente al Covid-19. En Venezuela, se han llegado a niveles de hiperinflación a nivel mundial, con una páuperrima producción de petróleo, siendo este uno de los países con mayor riqueza del hidrocarburo, mientras que México experimenta una especie de demagogía y populismo con López Obrador, sumado también a una muy mala gestión de la pandemia.

En todo caso, advierte, el caso de Latinoamerica también se evidencia a escala global, a partir de problemas de liderazgos y figuras políticas que solo desean concentrarse en el poder. Pinto argumenta que, exceptuando a Ángela Merkel, la canciller alemana, los demás gobiernos derivan entre la polarización, el populismo y la autocracia. A este fenómeno, lo ha denominado como HIPERliderazgos, haciendo alusión a hombres con muy poco liderazgo para la gran responsabilidad que tienen frente a la sociedad.

Frente a ello, argumenta que en los últimos años se ha dado una suerte de estatización de la mafia, en la que todos los líderes se quieren aferrar al poder. En Estados Unidos, los recientes ataques de Trump y Biden hacen ver una muy baja calidad de los argumentos, lo que frustra a las nuevas generaciones de ciudadanos: “Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, en su último debate, experimentaron una batalla de verduleros ebrios”. Por su parte, en Europa se evidencian unos liderazgos en fatiga y sin salida, cargado con fuertes movimientos de xenofobia.

“Los mandatarios, por quedarse atados al poder y debido a esos esquemas personales autocráticos, con estructuras no exentas de corrupción, terminan abandonando el libreto de profundización democrática y terminan pensando más en ellos que en su sociedad y desentendidos de los problemas del mundo, como el cambio climático, las migraciones y las rupturas sociales entre los hemisferios norte y sur”.

Frente a ello, ¿qué se puede hacer en un contexto de pandemia en el que el planeta entero ha retrocedido casi dos décadas en su desarrollo? Para Pinto es clave pensar nuevos sistemas de relacionamiento internacional y de conectividad, y avanzar en la conformación de nuevos corredores económicos.

Sin embargo, lo más importante, es que el mundo, a nivel educativo, requiere de un humanismo regenerado, en el que el hombre esté en la rectoría del proceso de desarrollo y no como un elemento subordinado al proceso de desarrollo. Sumado a ello propone el restablecimiento de un paradigma social y económico que rebata los modelos pendulares que han existido y se vuelva a practicar la economía social y ecológica del mercado, tal cual como lo hizo la Alemania de la posguerra, evitando la polarización de los extremos y echando mano de la tecnología, con capacidad redistributiva y sentido humano, condiciones que hoy se conocen como humanismos digitales. De igual manera, señala que es necesario generar políticas de empleo de emergencia y de reestructuración social en profundidad.

En Colombia, el gran responsable de la migración a la ciudad no fue el desarrollo industrial, sino que fue la violencia y el conflicto, el marginamiento, el narcotráfico y la falta de oportunidades. Tenemos ciudades llenas de hipoconsumidores, marginados y sin oportunidades de educación y en condiciones deplorables de vida.  Estas personas necesitan la calle para vivir, y al quitárselas, como ocurrió con la pandemia, desfallecen, lo cual es una presión con millones de personas con bajísimo poder de compra y en el desespero económico”, destaca Pinto sobre la imperiosa necesidad de incorporar a los actores de la informalidad económica, a procesos formales que sean amigables y flexibles para ellos, entre los que se destacan la posibilidad de acercar las Cajas de Compensación y las Cámaras de Comercio a estas poblaciones.

Para conocer más sobre las cerca de 120 propuestas de política publica que podría tener esa regeneración social, política y económica que sugiere Pinto, te invitamos a conectarte a través de nuestro Facebook Live: @utadeo.edu.co.

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