Olvidadas e ignoradas: las mujeres de la Bauhaus

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Olvidadas e ignoradas: las mujeres de la Bauhaus
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Lunes, Septiembre 30, 2019
Estudiantes
En 1919, más mujeres que hombres se matricularon en los cursos de la Bauhaus, en Weimar. Pero muy pocas alcanzaron la fama. Una exposición en Colonia cuenta la historia de dos mujeres cuyo destino sirve como ejemplo.
Margarete Heymann-Loebenstein en 1925

"Donde hay lana, hay una mujer que la teje, así sea solo como pasatiempo", escribió el pintor Oskar Schlemmer, quien trabajo a partir de 1920 como instructor en la Bauhaus. Johannes Itten afirmó que las mujeres ven "solamente en dos dimensiones". Itten dirigía el curso preliminar en la Bauhaus, que debería ser completado por todos los aspirantes a ingresar.

Apenas hoy, a un siglo de la fundación de la famosa escuela de diseño en Weimar, por parte de Walter Gropius, surge la historia de las mujeres que ahí estudiaron. Varias publicaciones al respecto, todas escritas por mujeres, han aparecido con motivo del centenario de la institución. En su libro "Madre, musa y señora Bauhaus", Usrula Muschel se ocupa del papel que jugaron las mujeres que rodeaban a Walter Gropius. A su vez, Jana Reverdin y Theresa Enzensberger escribieron sendas novelas sobre mujeres en la Bauhaus.

Exposiciones femeninas

El programa académico de la Bauhaus prometía en 1919 una instrucción moderna para personas con talento, independientemente de la edad y género de estas. En el semestre de verano de ese mismo año, 84 mujeres y 79 hombres se inscribieron en la escuela de diseño. Varias exposiciones simultáneas muestran por primera vez las obras de alumnas de la Bauhaus. Una de las muestras, en Erfurt, lleva el título "4 muchachas de la Bauhaus". La Tate Gallery de Londres y la colección K20 de Düsseldorf exhiben obras de la pintora Anni Albers, en una muestra retrospectiva.

La exhibición "2 de 14", en el Museo de Artes aplicadas de Colonia, arroja luz sobre la trayectoria de dos alumnas de la Bauhaus originarias de esa ciudad. A una de ellas, Margarete Heymann, sus padres le debieron firmar una declaración de consentimiento, cuando ella se inscribió en la Bauhaus. Durante el curso preliminar a cargo de Johannes Itten, la coloniense pasó medio año en el taller de cerámica, a prueba.

Plato frutero de la casa Haël, 1930

Plato frutero de la casa Haël, 1930

El destino de Margarete Heymann

El profesor de dicho taller, Gerhard Marcks, así como su subalterno Max Krehan, le hicieron la vida imposible a la ambiciosa y talentosa alumna, tan solo por el hecho de ser mujer. El taller de cerámica, en Dornburg, era territorio exclusivo para hombres, y para que así permaneciera, a Margarete Heymann le certificaron "talento artístico, pero no adecuado para este taller." En nuestros días se hablaría de acoso, dice Romana Rebbelmund, curadora de la muestra de Colonia.

Margarete Heymann fue una de las muchas mujeres que no terminaron sus estudios en la Bauhaus de Weimar o Dessau. Solo 36 mujeres de los 186 inscritos en total completaron su título, dice Rebbelmund. La mayoría de ellas acabaron en el taller de tejeduría, despectivamente llamado "el salón de las mujeres".

Persistencia en cerámica

Heymann se casó en 1923 con el economista Gustav Loebenstein, con quien fundó los famosos talleres Haël, donde se fabrican piezas de cerámica en serie. Todos los prospectos que entonces se producían de manera semi-industrial, proceden de la mano de Heymann.

Ella se inspiró en el estilo y las formas de Vassily Kandinski: círculos, líneas de pincel muy fino, superficies en blanco.

Juego de té de los talleres Haël, 1929

Juego de té de los talleres Haël, 1929

También de Colonia era la prima de Margarete Heymann, Mariane. A ella se dedica la segunda parte de la exposición sobre la Bauhaus. Mariane dejó la escuela de diseño en 1925, luego de que fuera cerrado el taller de ebanistería. Luego regresó a Colonia, donde trabajó sobre todo en la ópera de la ciudad, en la escenografía. Junt con el titiritero Jupp Herzog, Mariane fabricó más de 100 títeres de mano. Tres ejemplares se conservan en el Museo Estatal de Múnich.

Con la llegada del nacionalsocialismo a Alemania, a las primas no les fue posible continuar trabajando. Marianne cae en desgracia por sus provocaciones con un fantoche que representaba a Hitler. Su prima Margarete fue obligada a vender a precio muy bajo su fábrica de cerámica, en 1933. En 1936 emigró a Gran Bretaña y fundó en Londres otra firma de cerámica: la "Greta Pottery". El centenario de la Bauhaus trae, aunque de manera tardía, el reconocimiento que merecen estas dos importantes artistas.

Nota original: https://www.dw.com/es/olvidadas-e-ignoradas-las-mujeres-de-la-bauhaus/a-48310437

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