Hablar de la importancia del consumo de agua es hablar del componente más importante del cuerpo humano. Es necesario en todas las etapas de la vida, mucho más aún que la comida. Su déficit puede generar alteraciones irreversibles en diferentes sistemas del organismo e incluso, la muerte.
Nuestro cuerpo está formado por un 65% de agua: Está presente en el interior de nuestras células, en el espacio entre las células, en nuestra sangre y en otros líquidos como la saliva, el sudor y las lágrimas.
El agua desempeña unas funciones fundamentales que aseguran el correcto trabajo de nuestro cuerpo:
- Transporta y distribuye los nutrientes esenciales para nuestras células como los minerales y las vitaminas.
- Elimina las toxinas que producen nuestros órganos.
- Regula nuestra temperatura (termorregulación).
- Colabora en nuestro proceso digestivo.
- Mejora la función de nuestros riñones.
- Actúa como lubricante de nuestras articulaciones.
Nuestro organismo pierde agua constantemente: Cuando respiramos, cuando sudamos, cuando orinamos y cuando evacuamos. Mediante estas acciones el cuerpo pierde en promedio entre 2 y 2.5 litros diarios de agua. Perdemos agua más electrolitos (sodio, potasio, calcio y otros).
El cerebro es el órgano más sensible cuando sufrimos deshidratación. La deshidratación cerebral funciona como un efecto domino, la persona presenta dificultades para concentrarse, se cansa más rápido, tiene somnolencia, puede presentar ansiedad y experimentar estrés.
¿Cuánta agua debemos ingerir diariamente?: En términos generales debe ser, para hombres de 3.7 litros diarios y para mujeres, 2.7 litros. Otra forma de calcularlo es por el peso: Ingerir tres mililitros de agua por cada kilogramo de peso.
Es fundamental consumir el agua necesaria para evitar una disminución de ésta en la sangre, que puede conllevar a una deshidratación, generando una falla múltiple con el daño de órganos como el riñón, el cerebro y el corazón.
Un nuevo estudio, publicado en la revista científica Plos One, comprobó que la deshidratación leve repercute específicamente en el estado de ánimo; beber más agua mejora el humor, reduce la tensión, aumenta la calma y las sensaciones positivas de felicidad. Hoy sabemos que la tensión, la dificultad para la concentración, la fatiga y el mal humor pueden ser síntomas de deshidratación, pero son sencillamente prevenibles o reversibles bebiendo más agua.
Recomendaciones para beber más agua:
- Siempre tener agua al alcance de la mano ( al pie del computador).
- Nunca esperar a tener sed, hidratarse a lo largo del día.
- Prestar atención cuando se requiera una ingesta mayor de agua (día caluroso, actividad Física).
- Empezar y terminar el día con un vaso de agua.
- Observar el color de la orina. Entre más clara, mayor hidratación.
