El sol y la alimentación conforman un binomio muy importante para la salud, por eso, como en el caso de la vitamina D se necesita de la luz solar para que esta se transforme y pueda ser absorbida por los huesos del ser humano.
La vitamina D pertenece al grupo de las solubles en grasa y una de sus principales funciones es regular la absorción del calcio y fósforo (minerales) contenidos en los alimentos, haciéndolos fluir hacia los huesos para favorecer su osificación, es allí donde los rayos ultravioleta son necesarios para que la vitamina D esté activa y sufra un cambio químico que permita esta tarea.
Con nuestras restricciones actuales, como no poder salir de la casa para prevenir la infección por el coronavirus, es importante buscar la forma de estar cerca de una ventana, balcón, jardín interno o una salida con la mascota. Se debe tener en cuenta que para que se active el mecanismo descrito, la piel debe recibir el sol directamente, para lo cual se debe dejar los brazos o piernas o cara descubiertos, por un tiempo de 10 a 20 min.
Los alimentos que son fuente de vitamina D son aceites vegetales, mantequilla, yema del huevo, leche y aceite de hígado de pescado.
Cuida tu consumo alimentario y no te descuides, necesitamos un poco de sol todos los días.
Jacquelín Villalobos Fernández
Nutricionista Dietista
Bienestar Deportes
