Una política aventurera e irresponsable
Ante las denuncias hechas por varios analistas en torno a una supuesta falsedad en la contabilidad de las cuentas públicas por parte del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, con el fin de mostrar que se está cumpliendo con la meta de déficit fiscal establecida en la regla fiscal, el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador, señala que esta estrategia del Gobierno busca confundir a la opinión pública y a los mercados de los que depende el flujo de inversión extranjera, así como a los acreedores del Gobierno.
“El truco es aplicar los ingresos por la venta de activos (Isagén ya vendido, parte de Ecopetrol y de Isa, entre otros) como si fueran ingresos corrientes que obviamente no lo son, pues no pueden reproducirse”, expone Kalmanovitz.
En el caso de las ventas de estas acciones, dice el experto, no solo se modifican los activos del Estado, sino que también disminuyen los dividendos que genera el capital público vendido, lo cual llevará a que se reduzcan los ingresos corrientes del próximo año: “De acuerdo con la lógica económica, un gobierno puede salir de un activo no muy rentable en términos sociales y adquirir otro que lo sea más, pero no derrocharlo en gasto corriente. En un hogar no se debe vender la nevera para hacer mercado”, agrega.
El columnista señala este tipo de negociaciones como parte de una política aventurera e irresponsable, que podría llevar a que las calificadoras de riesgo le reduzcan la nota al país, lo cual traería consecuencias nefastas a Colombia, como por ejemplo que la balanza comercial se vuelva negativa, llevando a una devaluación indeseable de nuestra tasa de cambio, y en un caso extremo, conducir a la recesión.