El diseñador industrial Daniel Bergara nos cuestiona en la charla de las Redes y los desafíos emergentes del diseño en América Latina, ¿Cómo nos constituyen las redes y la forma en que vivimos en estas?. De este modo, plantea cómo la disciplina del diseño se maneja de una forma interdisciplinar, como las conexiones y relaciones que se gestionan en cada comunidad hacen que esta se desenvuelva de una manera particular ante los temas que toca, generando ejemplos como la Red DiSur (red de carreras de diseño en universidades públicas latinoamericanas); Red Latinoamericana de Food Design (RedLaFD); Red de Políticas Públicas y Diseño (Red PP&D); Red POP, por nombrar algunas. Sin embargo, la problemática de sostenibilidad a corto plazo abre el debate ante la postura de las nuevas generaciones y cómo estas se comportan ante la conservación de estos centros de mantenimiento, ya que somos seres finitos, como los mencionó el ponente Tony Fry, pero infinitos ya que somos una misma comunidad que va evolucionando cíclicamente convirtiéndonos en un conjunto.
La ruptura de la comunidades ¨reales¨ por las virtuales, permite ver cómo las cosmovisiones del sujeto son cada vez más individualistas y subjetivas, reinterpretando conductas que atentan contra la integridad social, como el fascismo, tal como lo ejemplifica Wilhelm Londoño Díaz al decir ¨si nos hacen una mal comentario o se burlan de nosotros por una red social, decidimos bloquear o eliminar a dicha persona¨ esto de manera digital, sin embargo, el planteamiento de esta realidad digital hace que lo esté haciendo de manera real el sujeto en cuestión exponga la crisis de la modernidad.
Otro punto a evaluar en esta crisis es la ruptura de las centralizaciones sociales, puesto que la globalización con apoyo de las redes, han facilitado el intercambio de información y conocimiento, ampliando el espectro de países categorizados como ¨subdesarrollados¨, formando nuevas conexiones que en otro tiempo serían imposibles. Las relaciones y el flujo de información de esta Era son una compensación parcial de lo que se ha desligado de la sociedad, ya que los individuos son seres ávidos de atención; considerando que tienen relacionados a través de una pantalla que da incentivos para estar más en contacto con ese mundo irreal que ha formado parte de su cotidianidad, y que les permite filtrar el contenido que no les agrada, haciéndolo un mundo ideal. Pero al momento de volver al mundo tangible, no encuentran dicha existencia utópica que se han forjado, generando disrupciones entre lo real y lo digital.
¿Estamos viviendo verdaderamente?
Informe: Anngie López López
Fotografía: Anngie López López