UNA ANÉCDOTA

Editorial
UNA ANÉCDOTA
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Viernes 10 de Mayo 2019

La historia que había consolidado su discurso desde los mitos fundadores, los héroes y las revoluciones, hace tiempo que está en crisis. Los relatos que intentan construir las versiones según las cuales los procesos históricos se ordenarían en razón a una serie de figuras transformadoras, que en momentos particulares instauraron nuevos horizontes de pensamiento y, merced a sus acciones, abonaron el terreno para la emergencia de nuevas estructuras de muy diversas índole, quedan suspendidas, no solo a partir de nociones como larga duracióny sistema mundo, sino también en consideración a que sabemos que la revisión del orden de los acontecimientos que tuvieron lugar en el tiempo pasado no es más que un ejercicio de interpretación.

La manera de hacer historia del tiempo actual, difícilmente permitiría relatos históricos como aquellos, por citar sólo algún ejemplo, de las independencias de las naciones estado, o de la consolidación de las clases sociales, o la determinación del gusto y los respectivos criterios de juicio; no sin dificultad permitiría, en el mismo sentido, la consolidación de las figuras iconográficas como las que pueblan los libros de historia, de próceres intachables con rasgos sobre humanos, que marcaron el rumbo a sociedades pasivas y homogéneas. La manera de hacer historia en el mundo actual, toma distancia de los relatos heroicos y se permite llamar la atención sobre asuntos que antes habían parecido de la menor importancia.

Los documentos, así como buena parte de la estructura historiográfica, están hoy al servicio de una particular hermenéutica que considera al mismo tiempo el valor de las fuentes tradicionales y el de aquellas que parecen, si se permite, menos visibles. La Nueva historia, pero también los Estudios culturales, se han encargado de dotar el examen sobre el pasado con nuevas herramientas que han hecho posible acercamientos a la vida cotidiana, a las comunidades y al cuerpo social a partir de instancia diferentes a las hegemónicas de los discursos paradigmáticos occidentales.

Nociones que han cobrado una fuerza inusitada como Cultura material, ejemplifican de manera clara como el relato sobre el pasado se enriquece hoy de nuevos esquemas de lectura, pero también de nuevos actores, principios y categorías. Es bajo estas escuetas consideraciones, que celebrar la Bauhaus, debe hoy permitir nuevas formas de relación, de comprensión y de consolidación de las estructuras históricas e historiográficas sobre las que debe navegar la afirmación epistemológica que permite la emergencia de las disciplinas vinculadas con lo que hoy aceptaríamos, no sin algún malestar, como diseño. Celebrar la Bauhaus debería entonces permitirnos preguntas, menos lineales, no vinculadas con la tradición de disciplinas que buscan sus hitos fundadores; permitirnos, por el contrario, articular escenarios de reflexión en los que la escuela, sus actores y sus prácticas sean el pretexto para leer de manera actualizada el entorno actual y sus particularidades críticas. De lo contrario la Bauhaus será entonces lo que siempre ha sido, sobretodo, una anécdota.

 

Autor del texto: Prof. Alberto Romero Moscoso
Fotografía: Prof. Johanna Zárate Hernández

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