“Si el plan no funciona cambie el plan pero no cambie la meta”: Heidi Parker
A lo largo de nuestra vida hemos sido testigos de buenas y malas presentaciones, sesiones magistrales que inspiran, pero otras que desencantan. La cuestión es, ¿Existe un secreto para realizar una presentación ideal? Este tema fue abordado por Heidi Parker en la última charla realizada en el marco de la Semana de la Innovación Pedagógica, la cual se tituló “Cómo hacer presentaciones efectivas”. La sesión estuvo marcada por la participación activa de los profesores tadeístas, quienes enumeraron las posibles causas que llevan a hacer una mala presentación.
Así pues, la falta de preparación, sumado a la carencia de participación entre los estudiantes y el comportamiento no verbal del docente, son algunos de los factores que llevan al fracaso en las presentaciones. Sin embargo, para Parker la experticia del docente no tiene nada que ver con el éxito de una cátedra. Saber transmitir el conocimiento permitirá que el docente sea percibido como un gran conocedor, aún cuando no lo sea: “la primer impresión que da un profesor puede marcar la afinidad con los estudiantes por el resto del semestre. Un buen experto debe estar en la capacidad de transmitir su conocimiento a un niño de diez años”, acotó la especialista.
Por otra parte, las presentaciones que generan impacto y recordación en las audiencias son aquellas que dan la oportunidad de aclarar dudas, el tema se remite a sus aplicaciones, se genera contacto visual con los estudiantes y se ofrece información actualizada. Es por ello, que es importante implementar la retroalimentación en los estudiantes durante el periodo académico, así como propender por un ambiente de confianza, con el apoyo de recursos multimedia y la motivación a través de beneficios en las actividades. Finalmente, la diseñadora instruccional mencionó que es importante que los docentes realicen actividades de auto observación, en las que a partir de las grabaciones de sus clases, conozcan cuál es su forma de presentarse en el aula, así como la utilización de su lenguaje verbal y no verbal.
Precisamente, sobre esta última dinámica trató el taller de “Práctica de micro-enseñanza”, un espacio donde cuatro profesores midieron sus capacidades de síntesis, proyección del contenido y manejo de público, a través de esta metodología propia del aula invertida. Posteriormente, los docentes tuvieron la oportunidad de recibir una retroalimentación por parte de sus pares y las especialistas de la Universidad de Purdue: “la experiencia fue muy buena porque luego que uno ve el video se da cuenta de muchos aspectos en su presentación que no percibe cuando está dictando la clase”, comentó el profesor Carlos Ricardo Ávila, uno de los participantes en este taller.
