Tadeo Lab celebró seis años de existencia y la inauguración de su edificio con una F.I.E.S.T.A de arte y ciencia
Sonidos de bombas y ráfagas de fusil suenan en el quinto piso de Tadeo Lab. La oscuridad y las columnas de humo rondan la trinchera Nazi y la Soviética, mientras se libra una verdadera batalla campal de bolas de goma en cada una de las barricadas. No se trataba de un simulacro para la guerra, más bien era una actividad de inmersión para abandonar el estrés del día, pero más que nada, recordar que la guerra no es un juego. De eso, precisamente, se trató “La batalla de Stalingrado”, una apuesta de los estudiantes de la electiva de Animatrónica liderada por la profesora Karolina Ladino.
Esta es tan solo una de las más de sesenta apuestas estudiantiles e interdisciplinares que se presentaron en la F.I.E.S.T.A (Feria de Innovación, Emprendimiento, Ciencia, Tecnología y Arte) de Tadeo Lab, que en esta oportunidad tuvo un ingrediente adicional: el lanzamiento oficial del edificio de este laboratorio de investigación-creación, que hoy, después de seis años, se consolida como el referente de nuestro ADN como tadeístas.
Dimitri fue el personaje animatrónico construido por los tadeístas para guiar a los visitantes de la atracción "La Batalla de Stalingrado"
En el 2014, Tadeo Lab contó con catorce estudiantes que creyeron en estas nuevas apuestas pedagógicas. Hoy, con un edificio de siete pisos y más de 700 estudiantes inscritos, es un fiel ejemplo de que la inspiración y la exploración son la receta para solucionar problemas: “hoy me da mucha emoción poder entregar el edificio a ustedes que se han apropiado del espacio para innovar. Ustedes se han enfrentado a problemas reales de la sociedad y así es la forma de aprender hacia la que debe mirar el país. Queremos que toda la Universidad sea un Tadeo Lab”, puntualizó la rectora de Utadeo, Cecilia María Vélez, en su discurso de apertura del evento central.
A lo largo de este camino, Tadeo Lab ha encontrado cientos de amigos y aliados del mundo de las artes y las ciencias. En esta oportunidad, uno de ellos, el diseñador industrial y pianista argentino Marco Sanguinetti, fue el encargado de deleitar a los asistentes al evento central de inauguración, en el Auditorio Fabio Lozano, con un repertorio musical que incluyó adaptaciones muy particulares a algunos éxitos de Soda Stereo, Radiohead y, por supuesto, una obra de su autoría.
Recital de piano de Marco Sanguinetti
Como si se tratara de una sinestesia, podría decirse que Sanguinetti diseña su propia música, diseña su propio género, uno que se acerca al jazz, con toques de músicas contemporánea, experimental y académica y con ciertos aires de pop.
“Percibo que hoy han sucedido cosas importantes y admiro mucho lo que han hecho hasta el momento. Dentro de algunos años aquí en Bogotá van a tomar conciencia de la tarea que han realizado en Tadeo Lab que es formidable y tiene mucho valor. Los felicito y me parece importante que en Latinoamérica le sigamos apostando a la educación en su mayor excelencia posible. Creo que en nuestra región el aprendizaje es nuestra mayor riqueza”, precisó el artista en entrevista con Utadeo.
Con un brindis, la comunidad tadeísta celebró estos seis años de Tadeo Lab y la inauguración del edificio
Uno de los momentos más significativos de estas doce horas de fiesta fue el reconocimiento que Catalina Quijano, coordinadora de Tadeo Lab, brindó a todos aquellos que hicieron posible este sueño, empezando por la rectora de Utadeo y por el Director de Investigación, Creación y Extensión, Leonardo Pineda, pasando por aquellos funcionarios de mantenimiento y servicios generales que se convirtieron en los compañeros en los más de siete cambios de lugar por los que pasó Tadeo Lab antes de llegar a las actuales instalaciones, situación que los llevó a ser conocidos jocosamente, pero con mucho cariño, como “Trasteolab”, lema que, precisamente, llevó en esta ocasión el evento.
“Tadeo Lab se ha convertido no solo en un propósito institucional, sino en un propósito de nosotros, en un lugar para imaginar y soñar. Ha sido una dicha profunda tener esta oportunidad, pues el laboratorio nos ha enseñado que no se trata de competir sino de colaborar, de escuchar las voces de los demás para construir melodías”, señaló con emoción Quijano.
Cecilia María Vélez y Catalina Quijano
Al final, con un brindis por la buena salud de Tadeo Lab y de sus integrantes, nuestra comunidad tadeísta deseó muchos éxitos y años más a este proyecto que marcó un antes y después en la historia de Utadeo.
