Verano Chino: una visión del "Gigante asiático" desde el arte

Trazos y fotografías se unen bajo un propósito, la inmersión por la China de la cotidianidad, cargada de diversos matices y colores que nos remiten a un viaje por lugares como el Palacio Principal de la Ciudad Prohibida,  la Gran Muralla China, el Zoológico de Tianjin o la pasión del futbol que tanto colombianos como chinos comparten. Los artífices de esta oda a las manifestaciones populares del “Gigante asiático” son los tadeístas Juan Camilo Chávez y Luddwin Espitia, quienes en el marco del Campamento de Verano realizado por el Instituto Confucio en el año 2014, lograron capturar la magia de esta inolvidable visita.

El fruto de esa “confabulación” artística, que nació a más de 15.000 kilómetros de distancia de su tierra natal, se tradujo en 15 fotografías de Juan Camilo y 12 ilustraciones de Luddwin, ypiezas que hacen parte de la Exposición Artística Verano Chino, muestra que fue inaugurada el pasado 10 de septiembre y que estará abierta para el público hasta el próximo 26 de septiembre, en la Sala Alterna del Museo de Artes Visuales de Utadeo.

El acto de inauguración contó con la participación de Zhao Xiaoming, Consejero cultural de la Embajada de China en Colombia; Margarita Peña, vicerrectora académica de Utadeo; Olga Illera, directora del programa de Relaciones Internacionales; Enrique Posada, director del Instituto Confucio; Li Siqing, directora académica del Instituto y los artistas expositores.

Las primeras palabras de la noche estuvieron a cargo de Xiaoming, quien recordó que las relaciones comerciales, diplomáticas y el intercambio cultural entre Colombia y China han sido amables y exitosos: “a mí me da mucho gusto ver este tipo de exposiciones porque tanto la fotografía como la pintura retratan la experiencia de dos artistas colombianos. Estas impresiones reflejan lo que es la sociedad china, la cultura y las personas, cómo es el pueblo y lo que se siente, pero también se perciben las calles y la caracterización del hombre del común”, sostuvo el diplomático.

Por su parte, la vicerrectora de la Institución mencionó que los azares de la vida unieron a Chávez y a Espitia en una aventura visual por Tianjin y Beijing, un retrato a la cara poco percibida de estas dos metrópolis: “nuestros estudiantes no pusieron su lente y su pincel en los rascacielos, en cambio se dedicaron a capturar escenas callejeras, rostros de gentes, clientes de una plaza de mercado que graciosamente bautizaron como el San Andresito chino, acompañados de íconos ancestrales como el oso panda y la Gran Muralla. Son imágenes saturadas de un pueblo, que ostentan por encima de todo un sello particular”, relató Peña.

Posteriormente, los expositores contaron apartes de las experiencias vividas en China, las cuales se constituyeron en materia prima de sus relatos artísticos. Para Luddwin, “las piezas no muestran sólo un proceso técnico desde el dibujo hasta la producción gráfica final, sino que resultan mostrando todas las connotaciones que fueron adquiriendo en el transcurso de este año. China es un país hermoso que nos provoca un impacto visual”. Chávez de igual modo apeló a su sensibilidad como artista, habilidad que pule de la mano con sus clases de Cine y Televisión que está a punto de terminar: “la fotografía es el oficio de la mirada. Efectivamente yo vi muchos rascacielos y tecnología, pero yo quería encontrar una China más hacia lo rural y lo moderno. Quería encontrar ese país que está en ese cambio entre las grandes edificaciones y los cultivos de arroz. Es una sociedad que no desprecia su pasado agrícola sino que se sienten orgullosos y abrazan su futuro comercial”.

Conozca China desde los ojos del arte

Para Juan Camilo, el artista es solo un vaso comunicante del arte como esa realidad que nos interpela y nos hace reflexionar: “quiero agradecer infinitamente al Instituto Confucio y la Universidad Jorge Tadeo Lozano pues gracias a su apoyo pude conocer China, tomar mis fotos y finalmente pude organizar esta exposición con las experiencias recogidas. Las obras dejan de ser de nosotros los artistas y se convierten en propiedad de ustedes. Así que por favor véanlas, critiquen y feliciten si les gusta”, mencionó en el cierre de la inauguración.

La exposición artística más allá de ser un deleite estético se convierte en una de las múltiples significaciones que tiene el “Gigante asiático” para quienes han viajado a los tres campamentos de verano que ha realizado el Instituto Confucio, una fiel muestra del buen momento por el que atraviesan las relaciones de cooperación internacional entre Utadeo y el país oriental. Gracias a las gestiones realizadas por el Instituto, desde su fundación en el año 2013, cerca de 600 personas han estudiado mandarín y actualmente dos de sus estudiantes se encuentran becadas por Hanban (Oficina General del Instituto Confucio).

La invitación ahora es a quitar las barreras frente a culturas diferentes a la nuestra: “hay que dejar el miedo. Muchas personas no van a China porque piensan que el idioma es muy difícil o que les va a ir mal. Pero sucede todo lo contrario, quien va a ese país le va muy bien y hay miles de oportunidades allí”, comenta Chávez.