Carlo Branzaglia en Utadeo: pensar un diseño global, desde lo local
El objetivo del diseño es producir objetos. Esa es la idea generalizada en muchos sectores e incluso en algunos estudiantes de esta disciplina. Pero para Carlo Branzaglia, director de las maestrías del Instituto Europeo de Diseño – IED en Milán, Italia, la producción del objeto es solo el punto de partida.
“En este momento, producir un objeto puede no ser suficiente para tener éxito en el campo del diseño. Todos los objetos hacen parte de un sistema y producir un objeto implica producir un sistema. Es más importante el proceso, la metodología y lo que lo rodea, que el éxito mismo”.
Por esta razón, Branzaglia considera que está ocurriendo un cambio en la manera como se entiende el diseño en el mundo. Se están ampliando las fronteras y ya es posible trabajar desde el diseño en sectores que antes parecían alejados.
Otro giro que está dando el diseño, según Branzaglia, es que el diseño ya no solo ocurre de manera exclusiva en las grandes empresas. La forma como se producen objetos en las pequeñas y medianas compañías se está abriendo paso, y para ello, es necesario partir de la idea que una pequeña empresa es diferente a una grande: tiene diferentes relaciones entre sus dependencias, en la manera como se entiende la calidad y la cadena de producción de los objetos.
“Tenemos que prestar atención a la tradición de nuestros productos, en nuestras pequeñas empresas, y transformarlo en algo más importante, en algo internacional”. Para lograr lo anterior, Branzaglio afirma que es necesario tener un control de la cadena de producción. Es decir, la investigación, el diseño, la tecnología, la producción y la distribución. “Si no tenemos un control de todo el proceso, es muy difícil tener una buena posición en el mercado global”.
¿Cuál podría ser la tradición en nuestros productos? La respuesta de Carlo es contundente. Hay que explorar los materiales que existen en nuestro país, como diferentes tipos de madera, y explorar nuevas formas.
El diseño alrededor del mundo se ha inspirado recurrentemente en la naturaleza. No solo de manera estética sino funcional. Conocer la manera como las especies responden y se adaptan a los problemas sirve de base para crear objetos que formen parte de sistemas y contextos más amplios. Así, teniendo en cuenta la alta biodiversidad del país, las posibilidades de diseño en Colombia son infinitas.
