“El arquetipo de ciudad se invierte, ahora somos la vanguardia”: Mario Mendoza
“El arquetipo de ciudad se invierte, ahora somos la vanguardia”, esta fue una de las ideas centrales expresadas por Mario Mendoza, escritor bogotano, en el conversatorio organizado por el programa de Estudios Literarios y Edición de Utadeo el pasado 16 de septiembre. El autor de Satanás se refirió a la entropía como característica de las nuevas ciudades arquetipo, dentro de las cuales se encuentra Bogotá: el lugar en donde transcurre la historia de Campo Elías Delgado.
En el conversatorio Literatura y cómic participó también Keco Olano, destacado dibujante colombiano y autor de las ilustraciones que acompañan la versión gráfica de Satanás. Los dos artistas compartieron con el público el proceso creativo del proyecto, junto con la arquitecta y experta en maquetación 3D Heidi Muskus. El evento fue moderado por el profesor tadeísta Carlos A. Pérez.
“Cuando empezamos el proyecto, todo sucedía de manera natural, la visión que tiene Mario de Bogotá la compartíamos. Nosotros vivimos en una ciudad con esta atmósfera un poco trágica, caótica, violenta y oscura, pero es una ciudad que está viva, que se puede asignar como otro personaje, es otro ser vivo. Ahí está la ciudad gótica de la que habla Mario, entonces cuando me dijeron que trabajara con él casi que ya tenía las imágenes en la cabeza”, aseguró Keco Olano.
Mario Mendoza, Keco Olano, Carlos A. Pérez (profesor Utadeo) y Heidi Muskus
La novela gráfica Satanás transporta al lector a las calles, sensaciones y personajes de la ciudad, aquellos espacios íntimos y privados que presenciaron el devenir y el desenlace de la vida de Campo Elías Delgado, ex militar colombiano que asesinó a 30 personas el 4 de diciembre de 1986. Gracias al trabajo de maquetación 3D realizado a partir de visitas al apartamento de Campo Elías y al restaurante Pozzetto, de fotografías de archivo y planos de las construcciones, Heidi Muskus recreó los espacios que luego sirvieron de inspiración para el cómic.
“Esas cosas solo las podemos transmitir si nosotros mismos las sentimos a través de las maquetas”, aseguró Olano. Este trabajo de maquetación incluso reveló detalles desconocidos por Mario Mendoza cuando escribió esta novela, inicialmente publicada en el 2002. Mendoza no había podido conocer plenamente el restaurante, así que la maqueta fue una primera entrada sensorial al espacio donde ocurrió la masacre.
Ahora que somos la vanguardia, Mendoza confía en una nueva ola de producción de historias de anticipación, de narraciones distintas a los temas hiperrealistas que han ocupado a la mayoría de creadores colombianos durante los últimos años. “Somos capaces de crear historias, personajes y mundos a la par de Stranger Things”, aseguró el autor.
Mendoza acusa una suerte de complejo de inferioridad frente a lo que el liberalismo económico ha llamado Primer Mundo, pero ese mundo de primera categoría “solo existe en las películas y en las lecturas, en nuestro complejo; en realidad la vanguardia es Bangkok, las comunas de Medellín, Ciudad Bolívar”, aseguró. Por eso, el escritor y Olano coinciden en un hecho fundamental: los dos hablan de Bogotá convencidos de que se trata de una ciudad arquetipo.
Si la inferioridad no es más que un complejo, cuánto más le espera a Mendoza, Olano y Muskus, y en general a todos los artistas colombianos, muchos de los cuales serán profesionales tadeístas.
