“Pedagogías artísticas desde el confinamiento”, una muestra de la sensibilidad tadeísta en medio de la virtualidad
La virtualidad y las actuales condiciones de confinamiento que vive el mundo no fueron impedimentos para que muchos de nuestros profesores y estudiantes tadeístas desarrollaran sus proyectos académicos. Una muestra de ello es “Pedagogías artísticas del confinamiento”, una apuesta de virtualización que varios profesores de la Escuela de Artes de Utadeo desarrollaron, a modo de memorias, de lo que fue el hacer académico durante las semanas de virtualidad del primer semestre y que se convierte también en un escenario para que los estudiantes compartan sus proyectos y los visibilicen más allá de las paredes de la Universidad.
De esta iniciativa hicieron parte las asignaturas "Travesías del dibujo", orientada por el profesor Francisco López; "De la forma a lo informe", de la profesora Natalia Kempowsky; "Taller de Plásticas III", de las profesoras Kempowsky y Ximena Díaz; "Expografía", de los profesores Felipe Arturo Pérez y Juliana Góngora, y "Laboratorio de Creación I y II" (Trabajo de Grado), bajo la dirección de los profesores Mariana Dicker y Camilo Leyva.
Expandir las nociones del dibujo y crear vínculos de este con otros procesos de creación plástica fue uno de los objetivos de la asignatura "Travesías del dibujo"
La idea, como lo sostiene la profesora Ximena Díaz, quien impartió el módulo de medios audiovisuales del Taller de Plásticas III, era crear un archivo vivo con los estudiantes, que también les permitiera poder conformar su propio portafolio, pero más allá de eso, reflexionar sobre su proceso y evolución en el aprendizaje. La propuesta surgió de los profesores de planta de la escuela al final del semestre y fue la profesora Ximena quien se encargó de compilarlas en un sitio web en Wordpress.
“La virtualidad transformó la manera de trabajar de los estudiantes. Por ejemplo, al tener sus equipos y el software en la casa, la relación con estos dispositivos pasó de ser distante y temerosa, a una cercana y cálida, llena de curiosidad y de nuevas exploraciones, que permitió generar confianza para trabajar también con herramientas libres y construir nuevos canales de comunicación”, expresa Díaz. Ella destaca que, en medio de ceros y unos, lo digital “se ha convertido en un espacio muy creativo y los estudiantes han encontrado maneras increíbles de trabajar desde su casa; de transformar sus salas, comedores, garajes y habitaciones en verdaderos talleres de experimentación artística”.
Por su parte, para la profesora Natalia Kempowsky, quien orienta el módulo de prácticas del espacio del Taller de Plásticas III y la asignatura de profundización “De la forma a lo informe”, indica que ingresar a la virtualidad implicó unas rupturas en la forma como los estudiantes se proyectan en el espacio y establecen nuevas relaciones sociales, pasando así a una enseñanza desinstitucionalizada.
Al final, en la asignatura De la forma a lo informe, los estudiantes desarrollaron una revista colaborativa
"Ellos entienden los espacios de la Universidad como de préstamo y de pruebas, al tiempo que gestionan los espacios para hacer unos procesos racionales de montaje, pero queda por fuera esa parte emocional y de cercanía que tiene el espacio de la cotidianidad-afirma Kempowsky-. Desde lo virtual empezaron a entender que la vivienda y el hogar también se pueden cuestionar, desde su propósito, uso y se puede negociar la coexistencia y construir nuevos vínculos interpersonales. Eso ha hecho que ellos, en estas dinámicas, construyan nuevas formas de habitar el espacio y conectarse más con espacios propios de su cotidianidad”.
Pero también, dicen los profesores, fue la oportunidad para mostrar el trabajo de sus estudiantes, desde sus búsquedas personales, llegando a otras geografías, espacios, territorios y redes, revelando así no solo el campo poético del arte sino también su accionar dentro de la comunidad, permitiendo así responder a las preguntas del para qué y por qué hacer arte en tiempos de pandemia.
“La pandemia nos sacó de ese espacio de taller de artistas y nos convirtió en profesores y estudiantes virtuales”, menciona Dicker, quien agrega que esta etapa de la virtualidad potenció los nuevos usos que las generaciones actuales, nativas digitales, dan a los dispositivos, al tiempo que puso a pensar a los profesores acerca de la educación desde nuevos lugares y posibilidades: “lo virtual nos abre más espacios democráticos y posibilidades de narrar este momento. Por ejemplo, les propusimos a los estudiantes, a través de una plataforma, armar carpetas de los proyectos que estaban desarrollando, de tal modo que tuvieran un portafolio virtual que les permitiera dar un orden y revisar cómo iba su proceso”.
Por su parte, para Pérez, también implicó una posibilidad de generar mayores flujos de información, consultar documentación y referentes artísticos en tiempo real: “Los procesos artísticos no se ven condicionados por posibilidades materiales, sino que se pueden imaginar escenarios utópicos para desarrollar proyectos artísticos”.
Un ejemplo de ello es “Rastrojo”, la exposición virtual que reunió a los estudiantes de Expografía y Laboratorio III en torno a la curaduría y diseño museográfico que cuenta lo orgánico, desde experiencias diversas en el uso de materiales biodegradables. Gracias a las potencialidades que brinda lo virtual, el trabajo de los estudiantes ha tenido más de 300 visitantes no solo de Colombia sino también de otros países del mundo.
El Taller de Plásticas III configura un espacio para reconocer la experiencia sensible, haciendo énfasis en los procesos técnicos propios de las diferentes disciplinas artísticas y sus alcances creativos
Así mismo, desde "La Forma de lo Informe", los estudiantes desarrollaron aproximaciones a partir de las inquietudes más profundas de cada uno, las cuales se plasmaron en una revista escrita por todos ellos, en una especie de “Frankenstein literario”: “aquí van a poder leer todas esas reflexiones, angustias, miedos, dudas, búsquedas y respuestas de los estudiantes, en una relación entre la materia, el cuerpo, el objeto, el espacio, los oficios y las técnicas ancestrales”, agrega Kempowsky.
Ahora, en medio de los retos que plantea un modelo de educación bajo la alternancia, este proyecto trasciende con apuestas de internacionalización. Por ejemplo, el profesor Felipe Arturo desarrollará una colaboración con el curador y artista Daniel Silvo, de la Universidad Francisco Vitoria de Madrid. La idea es desarrollar una exposición simultánea en Bogotá y la capital española, en escenarios virtuales y físicos. También, Pérez, en conjunto con la profesora Díaz, adelantan conversaciones con el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali para hacer un módulo o ejercicio compartido con sus estudiantes, en el marco de Laboratorio III.
La exposición "Rastrojo" fue desarrollada, de manera conjunta, por los estudiantes de Expografía y Laboratorio III
De igual manera, la profesora Díaz adelanta conversaciones con el egresado del programa de Artes Plásticas Carlos Castro, quien es actualmente profesor de una universidad en San Diego. La idea también es hacer una colaboración, en el marco de la exposición que el tadeísta está preparando, a partir de una visita guiada virtual.
Así que la invitación está hecha. Navegar por este sitio web implica conocer de cerca las sensibilidades de nuestros profesores y estudiantes frente al confinamiento, pues como lo dice Kempowsky, esta virtualidad se construye como “las memorias de unos sujetos que están en constante búsqueda”.
“Lo que está condensado en la página web da cuenta de un diario y un documento muy importante que refleja cómo una serie de individuos reaccionaron artísticamente frente a este momento”, argumenta Pérez.
