Utadeo recibe, nuevamente, a su amigo, profesor y vecino del Centro de Bogotá: Nicolás Suescún

Nicolás Suescún: escritor, diseñador, artista del collage, librero, traductor y amante del Centro de Bogotá ha despertado el afecto y admiración de miles de bogotanos, jóvenes y adultos, que han encontrado en su obra una voz atemporal de necesaria rebeldía.

El pasado 4 de abril se inauguró la exposición Los cuadernos de Nicolás: imagen y palabra en la Sala Alterna del Museo de Artes Visuales, un homenaje a nuestro amigo, vecino y profesor, quien falleció en el año 2017. 

Esta exposición resalta, bajo la curaduría de Andrés Arias, dos de las facetas más importantes del artista: su obra literaria y sus trabajos de dibujo y collage. La muestra estará abierta al público hasta el 30 de abril.

Estas fueron las palabras que dirigió la rectora de Utadeo, Cecilia María Vélez White, durante el evento inaugural:  

Nos alegra darles la bienvenida a esta sala y a esta exposición, especial para nosotros porque se trata de una figura muy cercana a la Universidad, primero porque fue profesor aquí en el Programa de Historia del Arte, pero más importante aún, porque fue un vecino especial, un observador permanente que recorrió palmo a palmo este centro con todos sus barrios, que leyó juiciosamente el nombre de sus calles y que descubrió una a una todas sus placas.

Y nos enorgullece de manera particular dar a conocer la faceta, casi oculta, como artista plástico y gráfico, del escritor Nicolás Suescún, quien exploró ambiciosa y solitariamente, sin miedo y con una infinita lucidez el arte de la escritura, comenzando por la poesía y los cuentos  hasta llegar a la novela y la antinovela; ejerciendo oficios tan certeros para un ojo como el suyo, como el de librero en la tradicional Buchholz ; o traductor, llevando a muchas de nuestras generaciones hacia lo mejor de la literatura inglesa y francesa y haciendo lo mismo con más de 80 poetas colombianos. Su paso por el periodismo agudizó aún más sus sentidos y dejó huella en artículos sobre política, cultura  y crítica literaria.

Hoy podemos sentirnos afortunados en la Tadeo de acercar a nuestros estudiantes a uno de los intelectuales más importantes del país y seguir las pistas de su proceso creativo y de la profunda relación que, sin duda, tiene su obra escrita con su arte como ilustrador, diseñador y dibujante. A través de sus collages es posible encontrar la ruta de sus pensamientos y de sus juegos, el rompecabezas que arma en el poema, las obsesiones que lo acompañan, la naturaleza, el yo que abandonó por darle la voz a nadie, los cuerpos, los fragmentos y el erotismo.

Desde el lunes que se hizo el montaje son muchos los estudiantes que han pasado y se han parado frente a esta obra. Sabemos que a eso vienen los estudiantes a la Tadeo, a conectarse con los otros porque son creativos por naturaleza. Celebramos que esta vez se encuentren y se conecten con la voz, la palabra y la obra de Nicolás Suescún.

Gracias y felicitaciones a Margarita Moreno, al curador Andrés Arias, a las Facultades de Arte y Diseño y Ciencias Sociales, que se unieron al proyecto a través del decano Alberto Saldarriaga, el director de la Escuela de Artes, Javier Gil; el director del departamento de Humanidades, Alejandro Molano; la profesora de la Escuela de Diseño, Magdalena Monsalve, el estudiante de diseño gráfico Santiago Rodríguez e Ivonne Cúbides, quienes conformaron el colectivo que hizo realidad esta exposición, el programa de radio que se emitió ayer en la HJUT y el conversatorio que se realizará el 11 de abril en el tercer piso de la biblioteca a las 4:30 de la tarde.

Sabemos que esta exposición también será visitada por los vecinos y amigos de Nicolás, a quienes también les damos la bienvenida. Como lo imaginó en alguno de sus poemas, Nicolás Suescún es ya un hombre sin edad que, como siempre lo hizo, saca una libreta que mira página por página y en la que escribe, o dibuja, quién lo sabe, "una palabra, una sola palabra de vez en cuando". Y eso ya le da al poeta el placer de conservar su memoria viva entre nosotros.