Utadeo tiene a uno de los "embajadores" más pujantes de Colombia en Perú
Con 54 años, Luis Fernando Gómez, un hombre curtido por la experiencia en los negocios, es hoy uno de los colombianos que dejan en alto el nombre de su país en Perú. Así lo consideró el Ministerio de Relaciones Exteriores que, a través del programa “Colombia Nos Une”, le entregó la “Medalla Embajador de los colombianos en el Exterior”, el pasado 14 de octubre.
El reconocimiento, que se entrega desde 2019, hace parte de la conmemoración del Día del migrante colombiano, fecha en la que se reconoce la valentía y labor de cada uno de los connacionales, quienes son un ejemplo de valores, conducta honorable, vocación de servicio, y que, por su trabajo, obras sociales u otras acciones meritorias, hayan conllevado a su distinción como colombiano en el exterior.
Como dicta la Ley 1999 de 2019, el colombiano destacado debe “haber contribuido de manera significativa a la sociedad del país de acogida, en los distintos ámbitos: económicos, sociales, culturales, académicos, científicos, profesionales y deportivos”, un requisito que Luis Fernando cumple al pie de la letra en sus casi dos décadas en Perú.
Este bogotano recuerda que salió de Colombia hacia Perú en el año 2002 con una misión de trabajar en una de las empresas más importantes de su país: Proexport Colombia, hoy conocida como Procolombia. Su idea era trabajar como subdirector de la Oficina Comercial y regresar en 4 años, pero la estadía se extendió en el país del imperio Inca y hoy vive con su esposa y sus dos hijos en Lima.
Luego de 11 años de trabajo con Procolombia, Luis Fernando le apostó a una compañía colombiana, dedicada a la industria cosmética y de cuidado personal, que tuvo su origen en Medellín y que pronto quiso establecerse en Perú. Como subgerente administrativo y financiero de Prebel, este tadeísta le abrió paso a la compañía en el mercado peruano, una tarea que ha continuado haciendo hasta hoy.
Actualmente, como director ejecutivo del Consejo Empresarial Colombiano, asociación gremial representativa del 80 % de la inversión colombiana en el Perú, cuyas inversiones superan los 20 mil millones de dólares, se ha dedicado a darle una mano al empresariado colombiano que llega a Perú en busca de nuevas oportunidades. Es casi un paso obligado para adentrarse en el mercado inca.
"Los colombianos siempre habíamos visto hacia los mercados de Estados Unidos y Centroamérica como el más prioritario, pero con el auge de la economía peruana en la primera década del 2000, se da uno de los mejores momentos para Perú en la economía porque este es un país netamente minero, pesquero y agroindustrial; esos tres rubros presentan un crecimiento que motiva a que más empresas lleguen", recuerda Luis Fernando de esos primeros años en los que Colombia solo contaba con 10 empresas, pero que, con el paso del tiempo, se expandieron hasta sumar hoy más de 400 compañías.
Luis Fernando Gómez, egresado del programa de Comercio Internacional. Foto: Cortesía
Asegura que su interés en los negocios lo ha acompañado desde la juventud. Luego de salir del colegio, después de una larga peregrinación por siete instituciones, donde se destacó más por sus aptitudes para el fútbol que por su desempeño académico, pensó en estudiar Biología Marina en Utadeo, sin embargo, su papá, quien conocía las habilidades de Luis Eduardo y sus deseos de viajar, le aconsejó estudiar Comercio Internacional en la misma Universidad. Su pelea con las matemáticas no le impidió que el gusto por la carrera quedara en primera base; poco a poco su cercanía con los profesores lo aproximó a la visión de lo que él quería ser como profesional.
Años después, como docente universitario en las carreras de Negocios Internacionales y Marketing en Utadeo, en la Universidad del Rosario y en la Universidad Piloto de Colombia, recordaría las claves que sus profesores le enseñaron para apasionarse y transmitir ese mismo sentimiento a sus estudiantes por la profesión. La vocación por enseñar también viajó con él a Perú, donde fue docente en el Instituto ADEX y la Universidad de Lima.
"Utadeo tiene algo espectacular, que en muy pocas universidades se ve, y es que valora mucho las habilidades de sus estudiantes y los apoya. Recuerdo que una de las clases más complejas para mí fue Estadística, y el profesor Eduardo Bravo, con quien repetí la materia, me ayudó a estudiar y me mostró la estadística desde otro ángulo", recuerda de su paso por la Universidad, donde dice haberse sentido en casa y tuvo los mejores y más exigentes mentores, entre ellos: Luis Francisco 'Pacho' Cuestas y Jaime Sicard; este último le enseñó que un buen ser humano da siempre buenos resultados.
La "oveja negra" de la familia, como él dice llamarse por haber tenido una niñez y juventud compleja, es hoy el heredero de la sabiduría, la habilidad y el sentido común para los negocios y la generosidad de su padre, quien siempre creyó en él. "No crecí en una familia de industriales, pero mi papá me enseñó muchas cosas sobre el comercio internacional, una profesión que él nunca estudió, pero en la que siempre estuvo activo, incluso, cuando se creó la formulación de la política de desarrollo económico de Colombia, conocido como 'Plan Vallejo'", comenta.
Este hombre, que pasó por varios oficios (empacador, asistente, mensajero) se siente orgulloso del rumbo que tomó su vida, una carrera que ha construido con esfuerzo y dedicación, y que hoy es reconocida por el Ministerio de Relaciones Exteriores, luego de que el cónsul de Colombia en Perú, Emilio Merino González, conociera el trabajo del Consejo Empresarial Colombiano, durante sus 8 años de actividad en Lima.
Cuenta Luis Fernando que, durante una conversación con el cónsul, este reconoció los logros y el liderazgo de esta asociación gremial, evidenciados en las 135 empresas que hoy acoge, siete comités sectoriales, tres comités transversales, un comité regional y coordinación del programa académico en alianza con la Universidad Pontificia Bolivariana de Colombia y la dirección del grupo empresarial de la Alianza del Pacífico.
Ahora, mientras disfruta de los logros obtenidos, comenta que su estancia en Perú terminará cuando su hijo menor termine el colegio. Por el momento, su plan de vida le pide esperar y seguir atendiendo sus múltiples compromisos que transcurren entre reuniones, apoyar emprendimientos, motivar a los empresarios que se han visto golpeados por la pandemia y asistir a los cafés de la tarde para dejar de hablar de negocios y entregarse a la poesía, los libros, la música y el fútbol.
Finalmente, sobre cómo ve los toros detrás de la barrera, asegura que "Colombia es un país maravilloso, optimista, resiliente y que tiene un gran potencial. Cuando comparo a mi país con Perú, encuentro que los dos tienen posibilidades, pero, quizá, el primero está mucho mejor en materia de desarrollo tecnológico e infraestructura, además, de la educación".
