Por: Adriana María Botero Vélez.
“Agradecemos a la Universidad, a la Escuela de Diseño de Producto, a los estudiantes y a los profesores Santiago Forero, Adriana Botero y Pablo Calderón por llevar adelante esta experiencia que significa una oportunidad para ampliar la reflexión y las acciones que como país debemos emprender para avanzar en la construcción de la paz” fueron algunas de las palabras de Santiago Jiménez Mojica miembro de la Subdirección de Reparación Colectiva de la Unidad para las Víctimas, durante el evento de cierre y socialización de resultados de este curso el pasado 22 de julio.
Para la Tadeo, el país es una gran aula de clase
Materializando una de las apuestas estratégicas de la Universidad en relación al aprendizaje transdisciplinar, este curso contó con la participación de 5 estudiantes de Ciencias Sociales: Tania Suárez de Relaciones Internacionales, María Camila Poveda de Derecho, Sebastián Cifuentes y Sergio Calderón de Comunicación Social y Nahuel López de Cine; así como 5 estudiantes de Diseño Industrial: Sebastián Camargo, Karen Chávez, Nelson Clavijo, Laura Gómez y María Camila Ovalle.
“Para mí esta experiencia fue el reflejo de lo que significa la verdadera educación, por fuera de las aulas, en donde pudimos poner en práctica nuestras capacidades profesionales, contribuyendo para la paz de nuestro país”, afirma Sergio Calderón, quien se puso el sombrero de paja para recorrer las calles de la mano de los jóvenes zipacoeros y convocar a sus habitantes a la “Feria de saberes zipacoeros” en la que los habitantes del lugar redescubrieron sus propias capacidades políticas y ciudadanas, así como la fuerza de lo colectivo para resistir y crear alternativas para el ejercicio de sus derechos.
Del Diseño como mediación social
“Conocimos la Colombia a la que muchos de los citadinos no tenemos acceso. Nos hace falta salir más, articular la academia con la vida real y quizás proponer nuevos modelos educativos. El aula de clase se queda corta para entender y gestar cambios. Debemos dejar de ver el diseño como algo comercial y empezar a verlo como algo social”, asegura Sebastián quien lideró, junto con su compañera María Camila Ovalle la realización de un mapa mural que pretende ser una estrategia pedagógica que propicie el diálogo de los niños alrededor de los personajes y las prácticas cotidianas de su territorio, con el fin de fortalecer los lazos intergeneracionales que permitan la transferencia y preservación de saberes ancestrales que se han venido perdiendo a causa de las acciones violentas que en el 2001 rompieron su tejido social y comunitario.
Para Pablo Calderón, uno de los profes que lidera junto conmigo esta experiencia pedagógica: "El curso fue un ejemplo extraordinario que demuestra lo que puede hacer el diseño en las fronteras: fronteras disciplinares, pues diseñadores trabajamos en conjunto con científicos sociales; fronteras epistemológicas, pues todos vimos retado lo que 'creíamos que conocíamos'; y fronteras geográficas, pues salimos de la burbuja de privilegio que representa Bogotá hacia el territorio de la periferia colombiana. Si habrá un futuro para el diseño en el sur global, será éste".
El final de un curso, un punto de partida
Con la vinculación del Impact Week al curso Diseño y Narrativas para la paz, los hallazgos y desarrollos alcanzados en el territorio por los estudiantes y los jóvenes zipacoeros que representaron a su comunidad, se pudieron concretar diversas iniciativas creadas con la participación de profesores y estudiantes de la sede de Utadeo en Cartagena, de la Universidad Tecnológica de Bolívar, la Universidad de Cartagena y algunos miembros de organizaciones sociales que participaron en la formación y desarrollo de la metodología Design Thinking.
Entre los proyectos formulados están la consolidación de una estrategia comunicativa que mejora la transparencia, participación y toma de decisiones colectivas; la creación de una huerta urbana que rescata y protege el uso de plantas de uso medicinal y culinario; y la creación e institucionalización anual de la semana cultural “Zipacoa a puertas abiertas” para dotar de sentido colectivo las prácticas y los saberes locales.
Estas iniciativas fueron socializadas en el Centro de Formación de la Cooperación Española, con la participación de representantes de la Universidad de Cartagena; la Secretaría de Integración Social; la Fundación Gabo y la Universidad Tecnológica de Bolívar. Para Muriel Castro, Gestora de Investigación e Innovación del Centro de Formación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) “Las iniciativas pueden ser articuladas con la estrategia de formación de Cultura de Paz que desarrollamos en el Centro, ahora que empezamos una fase de implementación de diversas metodologías sociales para aportar a la construcción de la paz en Colombia”.
Educación para la vida
Consecuentes con la perspectiva institucional de Utadeo por desarrollar su modelo pedagógico en función de la experiencia de los estudiantes, este curso se centra en el aprendizaje activo, combinando técnicas y metodologías de la educación popular y la educación formal, en función de estimular las motivaciones y las capacidades de sus estudiantes, al mismo tiempo que les permite ejercer sus ciudadanías críticas y activas en función de la construcción de la paz.
En palabras de Camila Poveda, “Lo que he vivido en estas semanas le ha dado un nuevo sentido a mi vida, redescubrí lo que es ser humano y la fuerza que tenemos dentro para afrontar las dificultades”. Esta afirmación encuentra eco en la voz de su madre Martha Guevara, para quien “Esta experiencia ha sido una de las mejores inversiones en la carrera, le cambió la perspectiva de la vida a mi hija, pero además es la oportunidad para que más jóvenes y la academia en general se vinculen con un tema tan estratégico y desafiante para el país”.
